Gobierno de España
Deseos sociopolíticos para Reyes 2023
Pido que nuestro presidente se marche elegantemente el próximo otoño
Llegan los Reyes, dispuestos a complacer los anhelos de los que se han portado bien, y con esta carta, les expongo mis peticiones para 2023, consciente de que tal vez, por mi edad o mi comportamiento, quedo fuera de su lista de beneficiarios.
En tal caso, no me rindo. Quizá bajo el polvo del desván, recogiendo los adornos navideños _qué perezón_ encuentre una lámpara maravillosa como la de Aladino, ¿quién sabe? Y puede que al frotarla salga de su estrecha boca un genio cansado de nosotros, los españoles y, por tanto, dispuesto a escuchar mis sueños políticos, sociales y económicos para este año entrante.
Pero, si esta coyuntura no se produce, nos queda Dios omnisciente, que, por supuesto, disfruta leyendo La razón.
Allá van:
- Pido que nuestro presidente se marche elegantemente el próximo otoño: es decir, soy generosa, no quiero para él ni para mis compatriotas una batalla sanguinaria. No deseo que pierda la poca dignidad política que le resta frente a su electorado, sino que cambie, que vea la luz. Que un día, no muy lejano, sienta vergüenza por haber traicionado todos sus principios, si es que lo eran, o al menos todas sus promesas, y que se ponga un límite a sí mismo y a sus peligrosos aliados; y que decida no ceder más metros de decoro para perdurar, aunque pierda su silla. Y que la pierda. Y que se vaya, como un caballero. Y que sea feliz.
- Que Podemos desaparezca del Gobierno español, igual que el PSOE y los demás grupúsculos que abanderando la defensa de los trabajadores, nos han empobrecido (a todos los trabajadores) y han sacudido el tejido empresarial de este país formado por pequeños comerciantes y autónomos.
- Que desaparezca el Ministerio “Jo Tía” y emerja de las cenizas de la turbia coalición un Ministerio de Igualdad con perspectiva feminista, científica y pro vida, que defienda el derecho a la integridad física y los derechos de todos, también de los niños por nacer, claro está.
- Que Irene Montero y sus amiguis, maduren. Y que, si bien, continúen luchando por los derechos de la mujer, si verdaderamente creen en ellos (fuera del gobierno), que dejen de polarizar y dividir a la sociedad y de confundir a los tontos. Y aprovecharse de elles.
- Que tome las riendas de la democracia española una coalición nueva más elevada, con sentido del humor y cacumen, que no imponga sus ideas de manera fanática y totalitaria, sino que regrese a las Cortes el debate cortés, inspirador y gozoso al que, ilusionadas, las gentes, seguir y votar.
- Que Isabel Díaz Ayuso desplace de una vez a Feijoo (Eau de Rajoy), que es un lastre, muy correcto para los cánones de la España sumisa y temerosa, pero que no tiene mimbres ni interés para capitanear ningún cambio. No subestimemos el poder devastador del aburrimiento.
- Más aún, que surjan nuevos partidos modernos que no necesariamente se califiquen de izquierdas ni de derechas, partidos “no binarios” e incluso fluidos, que no se ajusten ni se encasillen desde su nacimiento bajo los principios acomplejados de las heridas guerra civilistas (y anteriores). Formaciones políticas frescas, líquidas, sin narcisismos patológicos, liderados por personas sin resentimiento y sin taras.
- Y ya que estamos, que emerjan nuevas lideresas fuertes, despiertas, hábiles, de entre las cenizas de los partidos nacionales, que están quemados y apestan a masculinidad rancia, y que los guíen en su regeneración. Mujeres con integridad y audacia que nos amamanten con sabia nueva.
- ¡Giro a la espiritualidad! Me encantaría que la humanidad insensible, se sacudiera esa indolencia y que la cultura de la muerte decreciera en todo el mundo, y que los movimientos en defensa de la vida y la protección de las madres (verdadero feminismo) se hicieran más poderosos.
- Abolición de la prostitución y el proxenetismo ¡por favor!
- Que los ucranianos consigan largar a los invasores de su territorio, sí, pero la guerra no sólo se trata de ellos (y nuestra cestita de la compra), puestos a pedir, que los diversos conflictos y guerras actualmente activos en todo el globo se sofoquen justamente. Y que los tiranos del mundo (internacionales, o locales) se retuerzan entre polvos picapica. Y que aprendamos de lo sufrido, que parecemos nuevos.
- Por último, que Tamara e Iñigo Onieva se casen este año y que tengan un montón de pequeños Influencers sin filtros que hagan las delicias de nuestros lícitos deseos de evasión.
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