Baby Chip
Microsoft resucita los «netbooks»
Reconozco que no fue hasta hace unos días, cuando curioseando en una tienda en Chicago, me dí cuenta de lo ancha que es la tableta de Microsoft, Surface PRO. Si a esos 1,35 centímetros le colocas el teclado «bueno», el negro, Type Cover, se suman unos 0,6 centímetros. Son casi dos centímetros de ancho, poco menos tiene el netbook de ASUS Zenbook Prime UX21A, de 11'', unos 1,2 centímetros.
Puede que ya le diéramos por muerto al netbook, pero creo que «sólo estaba de parranda». En mi visita a la ciudad del viento por motivos de trabajo pude comprobar que las tabletas con teclado abundaban en mismo número que los ordenadores «pequeñitos», vamos los netbook, y los portátiles de Apple de 11 pulgadas que nunca quisieron entrar en la denominación, debido a su halo de "exclusividad".
Entonces lo vi claro, en poco tiempo hemos sucumbido a las modas de la informática, que las hay. Si alguien decía que es «cool» un Mac fino, delgado... Todos a por uno, bueno sólo aquellos que tuvieran un bolsillo preparado para ello. A su paso, salió la versión para Windows, que proponía ordenadores de entre 10 y 12 pulgadas, finos y pequeños, dirigidos a un público que básicamente los va a utilizar como máquinas de escribir y para navegar en internet (plumillas... periodistas, por ejemplo).
Luego llegaron los ultrabook, que parece que no terminaban de despegar, pero que ofrecían más que los netbook, eran más grandes y con procesadores más potentes, que permitían un uso profesional a un peso ínfimo. Hasta que aterrizaron las tabletas, una ampliación de las funcionalidades de un móvil (algunas lo conservan, iPad Mini, Samsung Note 8), ligeras, potentes, para profesionales, para pasar el rato... ¡para todo!
Pero para escribir muchas requieren un teclado aparte. Y eso constituye una vuelta a los orígenes. Ya que si uno va con su mini tableta finísima y le coloca un teclado inalámbrico decente, lo convierte en un netbook si atendemos a las especificaciones de entonces con la lógica evolución de ahora, más delgados y con más potencia, como el ASUS que mencionábamos al principio.
En una entrevista en el AVE desde Barcelona, Thomas M. Kilroy, vicepresidente ejecutivo de Intel, me dejo claro cuál era el futuro y veo cierta lógica en ello. «Tendremos convertibles, que podrán tener un uso profesional y lúdico al mismo tiempo, será una tableta cuando así lo queramos y un ordenador, cuando lo necesitemos».
Y esa es la evolución natural de todos los dispositivos portátiles que existen hoy. Por lo que, pese a las modas, al final pesará la lógica y por un precio asumible se tendrá una tableta con teclado con la potencia de un ordenador.
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