Y volvieron cantando
«Bolitas» como munición electoral
La imagen que no tardaremos en contemplar será la de Pedro Sánchez, chubasquero y botas de goma en ristre, limpiando alguna playa de bolitas. Ni lo duden
Igual que Alfonso Rueda en Galicia, Isabel Díaz Ayuso adelantaba en 2021 las elecciones en la comunidad de Madrid dando paso a una precampaña en la que, a pesar de las buenas expectativas demoscópicas para la continuidad del PP en ese gobierno, pudo comprobarse como se las gasta la izquierda a la hora de apurar cualquier posibilidad de vuelco electoral. Fieles al catecismo de lo ocurrido en los prolegómenos de las generales en marzo de 2004, algunos dirigentes socialistas y Pablo Iglesias –candidato por entonces de Podemos antes de practicar el vuelo sin motor previo puntapié vía sonora derrota– no dudaron en golpear el tablero con sobres conteniendo casquillos manchados con sangre de gallina y de los que nada más se supo, a lo que se sumaron graves acusaciones contra la familia de la presidenta madrileña. La estrategia les resulto desastrosa, sobre todo porque los madrileños estaban a otras cosas como la disyuntiva apertura-cierre por la pandemia sobre la que la izquierda no supo ver por donde le iba el aire. Pero ello no significa que en Galicia la situación se pueda repetir, no porque los gallegos no se enteren de nada –que sí se enteran y mejor que nadie– sino por la reedición de una serie de conejos aun dentro de la chistera que irán saliendo en tiempo y forma para tratar de doblar la cerviz de una mayoría absoluta que el PP no tiene tan asegurada si no consigue movilizar a su electorado, algo imprevisible en una comunidad donde Núñez Feijóo ya no es presidente y donde el actual líder nacional de los populares habrá de fajarse día a día en cada pueblo para salvar un gobierno especialmente emblemático presidido por Rueda y de paso su incontestabilidad en la dirección del partido.
El asunto de las «bolitas» de plástico va a continuar, sobre todo porque le ha llovido a la izquierda como un regalo preelectoral que no va a desaprovechar gracias a la inestimable colaboración de esa otra marea ya a pleno funcionamiento que no es negra de chapapote, sino de luminosidad muy mediática. Sera toda una prueba de fuego para la capacidad de comunicación del PP porque no lo duden, además de las manidas fotos de Feijóo en un yate, la imagen que no tardaremos en contemplar será la de Pedro Sánchez, chubasquero y botas de goma en ristre, limpiando alguna playa de bolitas. Ni lo duden.
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