Tribuna
La burbuja política de la vivienda
Los señores políticos no ven que cada vez que aprueban una nueva ley el mercado inmobiliario sufre más, disminuye más la oferta porque los propietarios no aceptan estas restricciones
La vivienda es, con diferencia, el tema estrella de nuestros señores políticos y rara es la semana en la que algún partido político o algún político en concreto no anuncia la fórmula mágica para solucionar el problema o lo que es peor aprueban una ley con la que complican más la cuestión.
Nos encontramos con una verdadera burbuja política sobre la vivienda porque no sé si se han dado cuenta que una cosa es lo que los políticos pretenden con sus leyes y otra cosa es la realidad y cómo está reaccionando el mercado.
Los políticos aprueban leyes y más leyes, pero no tienen ninguna utilidad para mejora el mercado, todo lo contrario, llevan a que el mismo se tensione más porque, en vez de buscar soluciones y facilitar el camino a todos los operadores que intervienen en el marco inmobiliario, hacen todo lo contrario. Básicamente se piensan que imponiendo más obligaciones o aprobando más sanciones van a conseguir que haya más vivienda asequible y es todo lo contrario, cada vez hay menos oferta.
Existen varios factores que deben tenerse en cuenta para analizar el mercado inmobiliario:
En primer lugar, quien conforma el mercado inmobiliario, quien tiene la mayoría de las propiedades del parque inmobiliario y oh sorpresa, no son grandes tenedores, todo lo contrario, son pequeños propietarios que tienen 2 o 3 viviendas, incluida la suya, y que ven complementados sus ingresos, sueldo o pensión, con estas propiedades.
En segundo lugar, si limitamos los tipos de contratos y obligamos a que todos sean de vivienda habitual, es decir, si tratan de eliminar los contratos de temporada y los pisos turísticos están haciendo desaparecer un tipo de negocio que puede coexistir perfectamente con la vivienda habitual y no tiene por que perjudicarla. Son diferentes y cubren diferentes necesidades.
En tercer lugar, si solo imponemos obligaciones para la propiedad y derechos para los arrendatarios están provocando que los que tienen las obligaciones no quieran seguir en este mercado. El motivo es claro, si se trata de mi negocio lo que busco es rentabilidad y si no la tengo, buscaré otro que sí que me la dé. Si soy un particular que alquilo alguna de mis propiedades para tener un complemento para mis ingresos, si estos disminuyen, buscaré otra inversión con la que lo consiga.
Rentabilidad no significa abuso, simplemente es que salgan los números y que el tiempo, esfuerzo y el riesgo económico que estás teniendo tengan un sentido.
En cuarto lugar y derivado de lo anterior, si a la propiedad se le limita su rentabilidad, invertirá menos en ella y esto tiene una consecuencia clara: el parque inmobiliario envejecerá porque los propietarios no mejorarán sus viviendas ya que será una inversión que no tenga retorno.
Para llegar a estas conclusiones o analizar estos factores del mercado inmobiliario no es necesario ser un experto en la materia, es simplemente salir de tu burbuja o realidad paralela y ver cómo afectan al mercado las leyes que están aprobando. De hecho, no hay más que ver lo que ha sucedido con la declaración de las zonas tensionadas. En las ciudades, que no zonas, que se han declarado así es más difícil alquilar un piso y quien lo hace es la familia que tiene más ingresos.
Lógico, si como propietario me impones que el alquiler sea por un importe y no otro y me limitas los motivos por los cuales puedo resolver un contrato escogeré al arrendatario que me dé más garantías.
Ergo, aquellas familias que tenían dificultades para alquilar una vivienda ahora aún son más y lo tienen más difícil.
Por ello, la mayoría de las Comunidades Autónomas han optado por no efectuar esta declaración y el Gobierno en vez de analizar el porqué y qué es lo que no está funcionando, se plantea cambiarlo, quitar esta potestad a las Comunidades Autónomas y ser ellos quienes declaren las zonas tensionadas. Un sinsentido.
Los señores políticos no ven que cada vez que aprueban una nueva ley el mercado inmobiliario sufre más, disminuye más la oferta porque los propietarios no aceptan estas restricciones. ¿Por qué no se dan cuenta que ahora hay mucha más litigiosidad que antes? Que hemos vuelto a los conflictos arrendaticios de hace 50 años.
Necesitamos un cambio de rumbo, romper esa burbuja irreal y que realmente se adopten medidas para que el mercado inmobiliario vuelva a funcionar solo. En cualquier ámbito si vemos que lo que hacemos no funciona, lo cambiamos. Pues lo mismo tienen que hacer. No se trata de que hagan más leyes restrictivas, sino que busquen el equilibrio.
Todos estamos de acuerdo en que hay que garantizar una vivienda digna y que todo el mundo tenga acceso a ella, pero no a cualquier precio ni de cualquier forma. El Estado debe implicarse, debe procurar los medios y no por ser propietario tienen que demonizar a la gente. Todo lo contrario, deben buscar cómo colaborar y conseguir un mercado más fluido.
Basta de esta burbuja legislativa y sin sentido. Deben ver la realidad y actuar en consecuencia, no tensionando el mercado sino favoreciéndolo.
Arantxa Goenaga es abogada y socia de AF LEGIS. Experta en derecho inmobiliario