Sin Perdón

¡A la calle! que ya es hora…

«El autoritarismo democrático trata de orillar a los que no le apoyan y colonizar los poderes judicial, ejecutivo y legislativo»

Gabriel Celaya fue un capitán del Ejército de la República, comunista y sufrió la dictadura. Paco Ibáñez popularizó su poema «España en marcha». Al margen de ideologías, era un hombre coherente, ético, culto y un extraordinario poeta. Me gustan mucho los dos. Lo que sucedió ayer en el acto en defensa de la igualdad de los españoles me recordó la estrofa «¡A la calle! que ya es hora/ de pasearnos a cuerpo/ y mostrar que, pues vivimos/ anunciamos algo nuevo». Hay que movilizar la calle para mostrar el más firme rechazo a una amnistía inconstitucional que atenta contra la división de poderes y la igualdad de los españoles. Una democracia no puede otorgar la impunidad a unos delincuentes. No me gustan las amnistías. Ni ahora ni en 1977, aunque en aquel momento estaba justificada en aras de la reconciliación cuando nuestro país estaba inmerso en un proceso de transición. Lo que sucedió con la rebelión encabezada por Puigdemont y Junqueras no tiene ninguna justificación ética o política. Es una lástima que la reforma del Código Penal hiciera desaparecer, precisamente, la rebelión como ataque contra las instituciones sin la utilización de la violencia armada.

A Sánchez le resultan indiferentes los votantes del centro derecha, incluidos los de Junts y el PNV, que es el tonto útil apoyando a un gobierno socialista comunista. Ha mostrado un total desprecio a González, Guerra y otros dirigentes históricos de su partido. Se envuelve en falsos conceptos como «gobierno progresista» o la «mayoría social de España» que son palabras huecas. Lo único que le preocupa es la movilización en las calles. Le es indiferente el Congreso, porque el autoritarismo democrático trata, precisamente, de orillar a los que no le apoyan y colonizar los poderes judicial, ejecutivo y legislativo. Han de ser meros instrumentos al servicio de la voluntad presidencial. Por ello, al cesarismo solo se le puede combatir con la presión en la calle. Hay que actuar con valentía e ignorar los ataques de la izquierda mediática y de los sanchistas, los comunistas, los independentistas y los antiguos dirigentes del aparato político y militar de ETA.

Francisco Marhuendaes catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE)