Política

Martín Prieto

Alianzas imposibles

Alianzas imposibles
Alianzas imposibleslarazon

Desde la sumeria, primera cultura que ha podido ser historiada, hasta el hervor islamista de nuestros días, las civilizaciones han entrado en colisión y nunca se ha dado una alianza entre ellas. Se ha llegado al sincretismo religioso o a una convivencia más o menos tolerante bajo una prevalencia, pero no a dos civilizaciones monoteístas fusionadas o aliadas. Tras los sucesos de París, en Londres cantaron “La Marsellesa” y acertaron, mientras que los que alzan lápices y rotuladores yerran porque este no ha sido un ataque a la libertad de expresión occidental, que se les da una higa a los fundamentalistas islámicos. La yidha (esfuerzo), la franquicia Al Qaeda, el salacismo, el Califato o Estado Islámico suponen la lectura literal del Corán y la destrucción de la civilización judeo-cristiana (“Allá de donde os hayan echado, volved y matadlos a todos”). El lirismo sobre la convivencia de las tres culturas en el Califato de Córdoba (que reclaman) es una falacia del buenísmo. Los grandes filósofos y médicos como Averroes o Maimónides, murieron en el destierro por salvar la vida y su obra fue prohibida por la intolerancia almohade hasta perderse la que fue escrita en árabe. Nunca judíos, moros y cristianos (los tres grandes teísmos) se aliaron en modelos de convivencia. El Corán es una religión que se remite al Libro, a la Biblia, pero también un magisterio de costumbres, un sistema sanitario y un código civil incompatible con la dignidad de la mujer judeo-cristiana (o atea) o la libre expresión del pensamiento. Y el islam es la única fé que condena a muerte la apostasía. El islamismo, tras una postración ante la civilización occidental, atraviesa su propia Edad Media chapoteando entre sangre y tinieblas. En esta parte del mundo al menos una vez en la vida habría de leerse el Viejo y el Nuevo Testamento, siendo esencial le relectura de las suras del Corán para entender esta guerra santa (las Cruzadas también lo fueron) sin Saladino y con expansivos objetivos teocráticos.