Julián Redondo
Calma
Oído en el gimnasio, adonde acudo con cierta regularidad por imperativo cardiovascular: «Alonso ha renovado y se tumba a la bartola». Es la percepción de algún madridista sagaz, pero que no se corresponde con la realidad. Salvo Eddy Merckx en su época, no hay deportista capaz de rendir en plenitud durante toda una temporada, y Xabi es de Tolosa, pero no «Caníbal». Cierto que hay alguno que roza la excepción, como Cristiano, en quien es difícil descubrir problemas en el tendón rotuliano. Y los tiene. Carlo Ancelotti lo ha reconocido sin que le temblara la voz. Mejor no pensar en una baja temporal de Ronaldo en pleno fragor liguero y tras dos derrotas consecutivas, de las que duelen. Pero Ancelotti no pierde la calma, ni Mourinho le revuelve el estómago ni le acogotan las encuestas que claman por el cambio en la portería. «Jugará Diego López. Lo está haciendo bien». Como dice Woody Allen, «si no te equivocas de vez en cuando, es que no lo intentas».
Gazapos diferentes son los de «Mou», que un día le tira una chinita a Blanc, entrenador del PSG, y otro a «Carletto». «Esperaba al Real Madrid mucho más arriba en la Liga», espeta. El sucesor sólo ha tenido que mirar la clasificación para responder, sin acritud: «El Real Madrid está luchando por la Liga». Es primavera, esta madrugada, cuando sean las dos hay que adelantar el reloj hasta las tres; a principios del invierno de 2012, «special happy one» ya había renunciado al campeonato. Tres títulos obtuvo en otras tantas temporadas; el balance, netamente favorable a su cuenta corriente: 22 millones de euros percibió por cada uno de ellos... Y preguntó Cortadillo: «¿Es vuesa merced, por ventura, ladrón?». «Sí, para servir a Dios y a las buenas gentes». A lo cual respondió aquél: «Cosa nueva es para mí que haya ladrones en el mundo para servir a Dios y a la buena gente».