José María Aznar Botella
Cuatro años más
El título ya me resulta deprimente. La semana pasada comentaba que a la economía global y muy especialmente a la maltrecha economía europea le convenía una victoria de Romney. Pocas horas tardó el mercado en darme la razón, que ha saludado la victoria de Obama con amplios descensos. Estados Unidos tenía que elegir entre pagar por el gobierno que tiene o reducir su tamaño al nivel de ingresos que genera. Ha elegido lo primero y tiene consecuencias. Obama ha generado en sus primeros años paro, pobreza y casi tanta deuda como todo el resto de presidentes juntos y curiosamente así ha fraguado su victoria. Obama ha ganado creando más dependencia de los ciudadanos frente al Gobierno, pues increíblemente son los dependientes los que conforman la base electoral del partido demócrata.
Digo increíblemente pues han sido los pobres los más damnificados por la política de Obama, que favorece la protección social en vez de la movilidad social. Las desigualdades han aumentado notablemente en estos cuatro años, en los que la Bolsa americana ha doblado, los precios han subido y los salarios se han estancado. Son las consecuencias de unas políticas deliberadamente inflacionistas consistentes en gastar lo que no se tiene y en traspasar los problemas a futuras generaciones.
El impacto de estas políticas es profundamente negativo para Europa, ya que por una parte persiguen un dólar débil, lo que va en contra de la competitividad de la zona euro, y por otro exportan inflación vía aumentos de precios en materias primas, devastador para países como España con gran dependencia energética del exterior. A perro flaco todo son pulgas y en un momento en el que el sector exterior es lo único que tira de la economía española, lo que peor nos puede venir es una América que consuma menos y exporte más. Los cuatro que vienen también se nos harán largos.
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