Fernando Rayón

Debates y moderadores

La Razón
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Dice Pedro Sánchez que los debates son la esencia de la democracia y que por eso Mariano Rajoy no va a ellos. Es una manera de verlo, bastante manipulada, pues él ha sido el primero en pedir debates a dos para que los partidos emergentes no se creyeran lo que no son.

Pero vamos al grano: soy partidario de que haya debates. Y también lo soy de que en ellos participen todos los que son, incluido, por supuesto, el presidente del Gobierno. Pero los debates no son lo que en España soportamos cada campaña. Un debate es una discusión, un encuentro, una disputa... muchas cosas, pero no algo aburrido, tasado hasta el último segundo, y lleno de trampas entre candidatos y moderadores. No hay nada más que ver cualquier debate en Estados Unidos, Gran Bretaña o Francia para darse cuenta del abismo –también intelectual– que separa a nuestros políticos de los suyos. Y no es porque los nuestros sean más tontos o estén menos preparados, sino porque la puesta en escena no permite que haya un debate sino unos discursos bastante previsibles, muy conocidos, y poco interesantes para la audiencia. Es decir: no son debates.

Así las cosas, y ahora que empieza el show, me permitiría hacer algunas recomendaciones a los organizadores. En primer lugar que no se permita el uso de papeles ni gráficos, que todos vayan sin ellos. En segundo lugar, que el debate sea abierto: sin temas cerrados ni prohibidos; que no haya temas tabús ni argumentos desterrados. Que si alguien quiere hablar del tiempo –es un decir–, se le permita; y que si otro quiere hablar de su infancia, el resto aguante y escuche con la mayor atención que puedan. ¿Y entonces el moderador qué pintaría en todo esto? Mucho: derecho de interrumpir y expulsar; de suscitar temas y de recriminar; de consultar y transmitir datos –este sí– pero no de convertirse en la estrella de la noche. Y también, que si uno ha hablado poco, o menos, pueda tener un recuerdo final para su madre o lo que le plazca con el tiempo que no usó. ¿No estamos en la tele espectáculo? Pues hagamos algo más limpio y atractivo. Menos organizado. Al final, podría ser más útil. Para los que votamos, claro.