Pilar Ferrer

El gran matemático

Bajo el axioma socrático de que es imposible contentar a todos, Mariano Rajoy trasmite a sus «barones» la necesidad imperiosa del interés general y la recuperación económica. Una ardua tarea, dado que el propio Estado autonómico disgrega las exigencias de cada cual en función de los objetivos particulares. Fue curiosamente Pascual Maragall quien introdujo por vez primera el concepto de «asimétrico», relativo a su federalismo. Y es ahora precisamente Cataluña quien pone en la diana al Gobierno con la asimetría del déficit, secundada por las regiones mediterráneas lideradas por el PP y la altamente endeudada Andalucía.

Es un debate espinoso en el que, además de Rajoy, se han fajado mucho la vicepresidenta del Gobierno y el ministro de Hacienda, los dos pilares básicos del Gobierno, con mando en plazo. Y así, mientras el presidente apela a conceptos más ideológicos –generosidad, sensatez, altura de miras– Soraya Sáenz de Santamaría y Cristóbal Montoro se circunscriben al terreno puramente económico. Cuestión de aritmética, dice con todo acierto la número dos del Ejecutivo. Los números cantan, argumenta con firmeza el jefe de la caja pública. Lograr un acuerdo es difícil, pero necesario para la economía y la imagen de España en el exterior.

El gran matemático estadounidense Benjamin Pierce, profesor durante 50 años en la Universidad de Harvard, definió esta ciencia como la de las conclusiones necesarias. Nunca mejor aplicable a este debate entre política y economía. González, Rudi, Herrera y Feijóo han hecho de cine los deberes. Artur Mas, Griñán, Fabra o Bauzá, no tanto. La solución está en conjugar la solidez de unos con las carencias de otros. Políticamente, duro. Económicamente, imprescindible. Y forzosamente, con sacrificios para todos. Por ello, Mariano Rajoy ejerce también hoy como un profesor de Matemáticas, entre las apetencias políticas y el rigor de las cifras. Estas últimas nunca mienten.