Julián García Candau

El tinglado se cae

Es plausible que el secretario de Estado para el Deporte, Miguel Cardenal, haya reaccionado rápidamente ante el problema que plantea al balonmano la pérdida del Atlético de Madrid y, consecuentemente, la devaluación de la Liga ASOBAL. Las medidas del Consejo ya han tenido efectos beneficiosos con el fútbol desde que trimestralmente los clubes pasan por el control que ejerce Fernando Puig de la Bellacasa y están remediando, gracias a la fiscalización, los desastres presupuestarios con las grandes deudas a Hacienda, Seguridad Social y proveedores.

Para el balonmano habrá también operación control, pero tampoco será suficiente. El baloncesto es otro deporte sobredimensionado y, al final, la solución de los problemas tal vez consistiría en celebrar una convención nacional para aportar ideas que pusieron sobre el tapete soluciones generales. El fútbol está en ruinas y las disciplinas minoritarias no hay quien las sostenga. En tiempos de crisis, menos aún.

El deporte español requiere revisión a fondo. No puede continuar con las actuales estructuras. No hay entidad que pueda sostener los gastos de competición, algunos simplemente caros por los desplazamientos, ni presupuesto que se pueda equilibrar con salarios millonarios cuando los ingresos no dan.

Es ya antigua la costumbre de que los clubes de fútbol mantengan secciones deficitarias. Sólo por ellos ha sido posible mantener ciertas competiciones. Se nos ha ido la mano. Este tinglado es ya de antigua farsa y no hay quien lo sostenga. Urge la remodelación del sistema actual. Hay que abaratar costes y ajustar los contratos a los ingresos. Hay que acabar con los parches.

Posdata. Ya es alivio traspasar futbolistas al extranjero.