Alfonso Ussía
Explicación política
El primer acto de los nuevos Reyes fue con las asociaciones de víctimas del terrorismo. Se trató, quizá, de recordar a los políticos que las víctimas del terrorismo merecen otro tipo de reconocimiento, moral y económico. Más de veinte asociaciones, lo cual se me antoja deplorable. Si el dolor y la desesperanza son parejos, ¿qué otra cosa distancia a quienes habrían de estar unidos?
En su comparecencia en el «Ritz» ante el tontorronerío del Foro, el Coletas defendió la «explicación política» del terrorismo etarra. Habrá que convencer a los padres de los más de veinte niños asesinados por la ETA de que sus hijos fueron masacrados por una «explicación política». Es una manera particular de interpretar la brutalidad. Quizá, que todo puede suceder, el día que el Coletas se vea en la obligación social de saludar a Irene Villa, la heroína le muestre las prótesis de sus piernas e irónicamente le informe que son consecuencia de una «explicación política». Casi mil explicaciones políticas diseminadas por todos los cementerios de España. La perversidad gélida del estalinismo.
El protagonista del Ritz, estrella de las tertulias, maneja extravagantes fundaciones financiadas por Irak y Venezuela. Su ídolo venezolano no es Chaves, sino Maduro. Maduro tiene en sus cárceles a miles de opositores por el simple y llano delito de opinión. Como en Cuba. Al Coletas le escandaliza que la proclamacióndel Rey Felipe VI se haya llevado a cabo sin una consulta popular. No le gustan las dinastías de las Monarquías parlamentarias. Prefiere las dinastías –esas sí–, de las tiranías comunistas. El Rey Fidel I de Cuba abdica la Corona habanera en su hermano Raúl I, Príncipe de Vuelta Abajo. Como ha sucedido en Corea del Norte con la proclamación solemne y multitudinaria de su Majestad el Cerdito, que para celebrar su coronación, fallecido Papá, ofreció a su pueblo y una rehala de hambrientos «Bul Terries» a su tío y vicepresidente por aquello de que no le caía lo suficientemente bien. Esas dinastías son profundamente respetadas por el Coletas porque tienen explicación política. Las torturas en las cárceles castristas son meras explicaciones políticas, las vejaciones en las cárceles de Maduro son explicaciones políticas, el hambre en Venezuela, uno de los países más ricos del mundo, es una lamentable explicación política, y las lapidaciones de mujeres y ejecuciones de homosexuales en Irak, son, en definitiva, explicaciones políticas.
Decir que el terrorismo de la ETA, con la jeta plácida y la voz medida, tiene una explicación política no es sólo repugnante, sino querellable. Pero el Coletas está aforado. El Coletas no desea que el Rey Don Juan Carlos disfrute del aforamiento que gozan más de diez mil gorrones en España, y que son, en su mayoría, los que desde su condición de aforados la niegan a quien ha sido el Rey que les abrió la libertad, la misma condición. España es una nación divertida que deja de serlo con bastante frecuencia por culpa del cinismo político, la corrupción y la injusticia.
Me planteo una escena. Un familiar de un torturado en Venezuela, o de un asesinado en las cárceles de Cuba, o de una mujer lapidada en Irak, pasea por Madrid y se encuentra con el Coletas. Ahora lleva una «guardia de corps» eficaz y numerosa. Pero aún así, el familiar de esas víctimas se enfrenta al Coletas y le arrea una bofetada. Sólo una bofetada. ¿Se consideraría por los jueces agresión, atentado o explicación política? Espero que nunca suceda tal cosa y me quedo con el enigma de la curiosidad.
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