Alfonso Ussía
Granada y Rumanía
El pasado sábado, 2 de enero, se cumplieron 524 años de la conquista de Granada por los ejércitos de los Reyes Católicos. Se bajó el Pendón en la Plaza del Ayuntamiento, entre el entusiasmo y el sentido histórico de los que sienten el concepto de España y la izquierda radical que se ha cobijado en el Korán y la bandera de Rumanía. También se veían banderas de Andalucía con la estrella comunista de cinco puntas.
Un sector malhumorado por demás.
Se podría argumentar que Granada no fue conquistada por los Reyes Católicos, sino reconquistada, por cuanto los musulmanes la tomaron sin permiso en el año 711 venciendo a las huestes cristianas de Don Rodrigo. Pero no. El mundo y la Historia de España principiaron en 1492 para nuestras izquierdas antiespañolas. Lo que no termino de entender es la abundancia de grímpolas rumanas entre los enfadados de la Plaza del Ayuntamiento granadino. Por cierto, que en el balcón del Ayuntamiento de Granada protagonizó un «lapsus linguae» el general Franco durante uno de sus viajes por Andalucía. Provenía de Málaga, y comenzó su discurso dirigiéndose a los malagueños. Advertido por el Gobernador Civil de su error, no reconoció del todo su equivocación, repitiendo el saludo de manera un tanto desconcertante: «¡Malagueños... y granadinos!».
Como ese gran señor de las lealtades al Rey exiliado y primer Presidente del Congreso de los Diputados de nuestra democracia, Fernando Álvarez de Miranda. Se presentaba por Palencia, y en un mitin, encendido por la emoción , se le escapó la consonante correcta y pronunció la desajustada al momento, y en lugar de dirigirse como era su deseo a los «palentinos», lo hizo a los «palestinos», lo cual despistó durante unos segundos a los asistentes al acto organizado por la UCD. Pero la Vieja y Alta Castilla es tierra de sabidurías, y con una sonrisa compartida se superó el problema. Pocos días más tarde, don Fernando fue abrumadoramente votado y elegido diputado por Palencia.
De vuelta a Granada, no me cabe la menor duda que entre el grupo cabreado con los Reyes Católicos por haber expulsado a los árabes que siglos antes, expulsaron a los españoles de sus territorios, estaban los partidarios de entregar la Catedral-Mezquita de Córdoba a las organizaciones islamistas para sustituir las campanas por el canto del muecín. La Iglesia lleva administrando la Catedral-Mezquita desde el siglo XIII, pero los abanderados de Rumanía y de las banderas andaluzas con la estrella soviética no terminan de aceptarlo.
Para colmo, los Reyes Católicos, más por culpa de Isabel de Castilla que de Fernando de Aragón, asumieron y financiaron la impresionante flota que conquistó América. Una flota compuesta por tres carabelas armadas con avanzados misiles y bombas destructoras que arrasaron con todos los que se resistieron a la llegada de los españoles, unos pocos centenares de hombres que invadieron el inmenso continente americano. Los terribles invasores al mando del pérfido Cristóbal Colón.
Iniciaron desde su primer contacto con América la práctica del mestizaje, que fue la auténtica conquista compartida por conquistadores y conquistados. Sucede que muy pocos de los manifestantes enfadados con los Reyes Católicos se ha tomado la molestia, a pesar de las facilidades y ofertas de las agencias de viajes, de volar a la América hispana para confirmar, ante su espectacular grandeza, la imposibilidad de invadirla con tres carabelas que hacían aguas desde el tercer día de navegación.
Me parece muy bien que después de 524 años aún existan españoles partidarios del Rey Boabdil. Pero es oportuno recordarles que en aquellos tiempos no existían banderas rumanas ni andaluzas con la estrella roja sangrando su franja blanca. Y recomendarles que ya va siendo hora de aceptar lo históricamente inevitable, porque lo sucedido no se puede evitar, ni cambiar, ni falsificar. Y que queda muy moderno insultar a los Reyes Católicos, pero que esa retahíla de descalificaciones a estas alturas de la cosa nada tienen que ver con la inteligencia, la cultura y la Historia, y que boicotear el acto conmemorativo más que formar parte de la cordura, lo hace desde las profundas raíces del rencor más gilipollas . Y que en el 542º aniversario de la conquista de Granada, ni el gran poeta Federico García Lorca, ni Mariana Pineda, tienen nada que hacer. Como tampoco Federico Mayor Zaragoza, que también es granadino y fue Rector franquista de la Universidad de Granada.
Y ya me explicarán lo de las banderas rumanas. Con todo mi respeto a Rumanía y los rumanos, esas banderas en Granada tampoco encajan en lo que se celebraba por unos y se maldecía por otros.
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