Real Madrid
Hamón
Gary Dourdan (Warrick, en CSI Las Vegas) ahuecaba la voz, o tal vez la tiene así, en aquel anuncio sobre las exquisiteces de Castilla y León (Tierra de sabor) y al hablar de jamón, desde muy dentro le salía la denominación de origen: «Guijuelo». La voz grave y la jota, «hota». Pues en «Guihuelo» se chupan los dedos, doblemente, porque el bombo de la Copa ha emparejado al equipo chacinero con el Atlético de Madrid. Para las arcas del club salmantino, «hamón, hamón», y no de Bigas Luna sino de Villar, aún promotor de la competición en su calidad de presidente de la RFEF. Que lo sigue siendo en este mandato con prórroga que tiende a ser infinito porque no hay quien le ponga el cascabel al reglamento ni quien garantice una fecha para esas elecciones que no han empezado y que ya son un tostón. Un cuatrimestre tras otro, el tercero se consume sin luz al fondo.
El lío es mayúsculo; al personal le traen al pairo las intrigas palaciegas y la única respuesta que espera es la fecha del plebiscito y, en consecuencia, si Villar sucederá a Villar, según parece. Parafraseando al flamante y sorprendente premio Nobel de Literatura, Bob Dylan, «the answer, my friend, is blowin’ in the wind» («La respuesta, amigo mío, está flotando en el viento). Por eso no la vemos ahora ni la veremos este año.
Si el sorteo hubiese sido el de Navidad, podría decirse que en Castilla y León han tocado el Gordo y el segundo. El Guijuelo sonríe de oreja a oreja con el Atlético, mientras estudia jugar en el Helmántico el encuentro de ida, y a la Cultural Leonesa le hacen los ojos chiribitas con el Madrid. El bombo no ofrece soluciones, pero sí respuestas.
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