María José Navarro
Hedor
Existe en el mundo un grupo privilegiado de individuos e individuas que tienen suerte a pesar de no haber hecho nada para merecerla: no huelen. Por lo visto, la tecla la tiene el gen ABCC11 que es el que los salva de que les cante el alerón. La investigación parte de la Universidad de Bristol, desde donde aseguran que esta gente no necesita usar desodorante, pero como ignora la circunstancia, sigue dale perico al torno todas las santas mañanas. Dicen que hay una prueba para detectar quiénes de todos los mortales poseen el dichoso gen, pero la constatación no puede ser más asquerosa. Hay que mirarse la cera del oído. Si es dura y poco pegajosa, zas, eres uno de los elegidos, o sea, no apestas de la parte de la axila así te eches en lo alto un sofá y lo subas cuatro pisos. En Bristol, además, han llegado a la conclusión de que en el noroeste de Asia, el personal que no deja rastro olfativo abunda. Varias cosas. Primero: en el noroeste de Asia no huelen porque hace más frío que robando vacas. Segundo: no traten Vds. solos de detectarse en gen porque todo el mundo sabe que el mofeta no se capta a sí mismo. Tercero: la prueba del cerumen es una cochinada. Y cuarto: no demos ideas que hay mucho guarro suelto. No pasa nada por comprar desodorante. Hay «roll ones» muy buenos, que ya no manchan la ropa ni nada. En toda oficina decente hay un tío que apesta, por favor, pocas bromas que esto es serio. Creo que Bárcenas, por cierto, tiene el ABCC11. O eso, o alguien ha perdido el olfato de tanta mierda acumulada.
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