Julián García Candau

Iker, Diego e Isco

Casillas, a los tres minutos, con gran parada, dio razones a quienes consideran que debe ser titular. Bastó para que la decisión de Carlo Ancelotti de alinearle estuviera plenamente justificada. Respondió a su fama. Arbeloa le rompió la mano en la pasada Copa del Rey, lo que le mandó al dique seco y fue suficiente para que Mourinho justificara su suplencia. Ayer chocó con Sergio Ramos y a los catorce minutos de juego fue sustituido por Diego López. Éste interceptó dos balones con sello de gol. También tardó muy poco en justificar los motivos por los que el entrenador lo considera el primer guardameta. Iker estaba destinado a Liga de Campeones, decisión muy discutible si se tiene en cuenta que el portero debe ser figura intocable salvo que cometa graves errores. En Estambul, cuando el Madrid comenzó su siempre ansiado camino hacia la «Décima», Ancelotti, sin programarlo, contó con los dos cancerberos. No fue única la lesión de Iker porque Drogba, tras choque aéreo con Pepe, fue retirado en camilla. Más accidentes que fútbol.

Salvó el Madrid el resultado durante la mayor parte del primer periodo gracias a las actuaciones de los guardametas. Su centro de campo se vio superado y Di María, Benzema y Cristiano apenas tuvieron ocasiones para intervenir. Ocurrió que, pasada la media hora, un pase largo, error defensivo y control magnífico de Isco permitió a éste batir a Muslera. El malagueño volvió a ser decisivo en la segunda parte cuando un pase suyo permitió a Benzema marcar el segundo y una cesión dio el gol primero a Cristiano.

El Real Madrid aún no ha conseguido encontrar sistema de juego que le defina, pero cuando se desata, atropella al rival. Se gustó goleando en Estambul. Al final fueron seis y pudieron ser todavía muchos más.