Iñaki Zaragüeta

Iniciativa ilusionante

La iniciativa que planea Alberto Fabra para satisfacer las deudas a proveedores deduciéndolas de los impuestos a pagar a la Administración, suena muy bien, aunque su desenlace dependerá del contenido del Decreto todavía en mantillas.

No es lo mismo que el proveedor tenga que esperar 18 meses o dos años para que se le devuelvan las cantidades a que se puedan restar directamente de las declaraciones trimestrales o anuales. Ha de ser un sistema que elimine el calvario de las empresas y suprima el riesgo de cierre de actividad o del concurso de acreedores, un drama cuantitativamente excesivo en el último trienio.

En cualquier caso, reconforta comprobar el esfuerzo por idear un sistema de compensación a tanta duda y sufrimiento. Se trata de encontrar una vía más justa de conducta en la Administración, una conducta, por cierto, obligada a ser ejemplar. Si la Administración no cumple ¿por qué debe cumplir el ciudadano?.

Esta vez, rechazo el escepticismo de mi amigo Rogelio respecto a la rapidez con la que se aplique esta medida. Argumenta que puede generar un desajuste aún mayor en los ingresos de Hacienda, un problema más en un momento en que las arcas públicas tan necesitadas están.

Prefiero pensar en que la iniciativa salga adelante y que, unida a que el IVA haya que abonarlo cuando se cobre, sirvan para aligerar la carga de las empresas con la consiguiente dinamización de la economía y la creación de puestos de trabajo. Casi res. Así es la vida.