Julián García Candau

Italia, gran prueba

Nunca ha sido fácil derrotar a Italia. El 4-0 de la pasada Eurocopa no puede valer como indicativo. Y tampoco la ausencia segura de Balotelli y la probable de Pirlo, que, evidentemente, reducen su potencialidad. Italia siempre presenta equipos aguerridos y centrados en un sistema que tradicionalmente le ha dado buenos resultados. La selección española tendrá que aportar sus mejores armas para llegar a la final de la Copa Confederaciones, titulo por el que se suspira a pesar de que cuenta poco en los historiales. Es un premio menor.

España cayó en Suráfrica contra Estados Unidos, lo que fue sorpresa extraordinaria, y después, en el mismo escenario, con el inclemente ruido de las «vuvucelas» ganó el Mundial. Nadie tomó como ofensa o descrédito no ganar aquel torneo previo. Derrotar a Italia se considera ahora obligación. Vencer supone llegar a la final contra el equipo anfitrión, que ayer evitó un nuevo «Maracanazo» con Uruguay, y ello sí será la prueba del nueve para el futuro mundial en el mismo país porque ya tenemos enfrente a su público.

Sorprende que España tenga en cada partido la animadversión de los espectadores. Tal vez han influido campañas locales en las que se ha afirmado que España tenía por segura su participación en la final. Aquí nadie ha ninguneado a Brasil, país que sigue siendo gran cantera para el fútbol español y del que han llegado figuras inolvidables. La última, el flamante azulgrana Neymar. Es posible que dados los triunfos internacionales de «La Roja» se haya llegado a pensar que nada se le puede resistir en estos momentos. Italia la pondrá a prueba.

Posdata. Casillas, sublime decisión. Y tal vez polémica.