La COP 23 y la PAC

Hoy comienza en Bonn la COP 23, la cumbre anual de la ONU sobre cambio climático, aunque el meollo del encuentro no llegará hasta la semana que viene, con el tramo ministerial propiamente dicho.

A fecha de ayer eran 169 países, de un total de 197 que forman parte de la citada Convención, los que ya habían ratificado los acuerdos alcanzados en París hace dos años, con el objetivo de frenar la subida de las temperaturas provocada a su vez por el incremento de las emisiones a la atmosfera de gases de efecto invernadero.

Una de las claves es saber lo que hará la delegación de Estados Unidos, ya que es la primera vez que acude el equipo de Trump.

La COP 22 del año pasado se celebró bajo el síndrome de la victoria del actual presidente en las últimas elecciones en ese país, lo que dejo al equipo de Washington, perteneciente a la Administración Obama, completamente descolocado.

Desde el punto de vista de los intereses de los agricultores y ganaderos, este encuentro de Bonn, lo mismo que los anteriores y los que vengan son muy importantes. Las próximas reformas de la PAC van a estar marcadas por dos grandes condicionantes: el ser más respetuosos con el medio ambiente (el famoso reverdecimiento) y la necesidad de que el sector agrario comunitario contribuya de forma decisiva a la lucha contra el cambio climático.

Por eso, no sería de extrañar que la concesión de ayudas de la PAC se condicione en el futuro, en todo o en parte, al cumplimiento de una serie de exigencias en forma de prácticas más respetuosas con el medio ambiente, por un lado, y al esfuerzo que hagan los agricultores y ganaderos para emitir menos gases de efecto invernadero y para acentuar su papel como sumidero de los mismos.

Por todo eso, la futura PAC depende, y mucho, de lo que pase en Bonn.