Francisco Nieva
Libros con historia
Como hombre de libros, he hecho mi misión de recomendar libros raros y con historia; libros influyentes, que han tenido gran significación en el mundo de la literatura, que se han convertido en referentes de lo raro y de lo original, como «Alicia a través del espejo», de Lewis Carroll, por ejemplo. Antes de la Guerra Civil existía una publicación semanal titulada «Novelas y cuentos», en letra y papel de periódico, algo sepia y grisáceo, y que se vendía, si no recuerdo mal, por tres pesetas y era paradigma de la cultura popular. Algo de eso nos falta ahora. Todo el mundo la compraba en los kioscos. Nunca estaba de más, porque se publicaban a muy bajo precio los libros más importantes de la literatura universal: «Gargantúa y Pantagruel», «Madame Bovary», «Las almas muertas», «Guerra y paz», «Anna Ka- renina»... Y no pararíamos de contar. Tenía yo entonces 14 años tras la guerra y vivíamos apartados en el campo para hacernos olvidar políticamente. No tenía otros libros a la mano más que los de aquella publicación popular. Y un buen día comencé a leer un cuento esotérico de Goethe, «La serpiente verde». Puro surrealismo «avant la lettre». No hace mucho que se publicó una buena traducción española que recomendé con insistencia. Es un texto asombroso, chocante, desconcertante... Algo está sucediendo continuamente que no importa nada, una gratuita y angustiosa manifestación de vida sin la menor justificación. La protagonista, dicha serpiente, aparece y desaparece cuando menos se la espera, haciendo de puente sobre un río o de arco en una construcción. Suceden cosas inusitadas de una descerebrada fantasía. Sólo destacan dos fuegos fatuos, desvergonzados y traviesos, que van de acá para allá, amigados y burlones, una «pareja unánime» que quise imitar en algunas de mis comedias posteriores. Un personaje doble que se prestaba a las más graciosas interpretaciones. Fue como un invento mío, que se celebró mucho. Un buen hallazgo cómico.
Cuál no sería mi sorpresa cuando descubrí en un estudio sobre Kafka que su lectura también le influyó sobremanera en la redacción de su novela «El castillo», donde los dos ayudantes de K son esos mismos fuegos fatuos que tanto me impresionaron a mí. ¡Cuánto honor supuso esta casualidad, y qué sorpresa tan positiva y estimulante! En el texto de Kafka tampoco se sabe lo que pasa tan gratuitamente y es un trasunto fiel del relato de Goethe, un raro profeta del surrealismo kafkiano y bien digno de consideración. He aquí la historia secreta de «La serpiente verde», que se ha convertido para mí en un libro fetiche.
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