Martín Prieto

Lo mejor del mercado

En las legislativas de 1979, cuando el PSOE tenía posibilidades y ganas de alcanzar el poder, la UCD logró una mayoría minoritaria en el Congreso y la absoluta en el Senado. Alfonso Guerra sentenció: «El pueblo español se ha equivocado», teniéndose lo suyo por gestualidad antidemocrática. No hace falta recordar la crecida del nazismo a caballo de tres elecciones libres magistralmente retratada por Berltot Brech en «La resistible ascensión de Arturo Ui». Lo de Guerra no era un exabrupto ya que estaba en las coplas de ciego que Adolfo Suárez había perdido las riendas de su conglomerado, el favor real y el respaldo militar, abriendo las puertas a su dimisión, un golpe de Estado y elecciones anticipadas. Estando de vuelta del más pequeño fervorín político lo mejor que les puede ocurrir a los españoles es no equivocarnos grave e irremisiblemente y que el Presidente Rajoy pueda gobernar una segunda legislatura acabando la recuperación económica que seguirá costando sacrificios porque las redomas de los aprendices de brujo nos devolverían a la casilla de salida. Las burbujas financieras, desde la crisis holandesa de los tulipanes, duran una media de diez años sin anestesia, y el crack del 29, pese al impulso formidable de la guerra en Europa y el Pacífico, se finiquitó oficialmente en 1947. A Clinton se le excusa su erotomanía por aquel «¡Es la economía, estúpido!». Como se nos han olvidado las fiebres tercianas de la prima de riesgo hoy se reprocha a Rajoy enrocarse sobre su discurso económico. ¿Y que necesitamos? ¿Ingeniería social, el Gobierno de CARITAS o la transmutación de los parados en funcionarios? Pedro Sánchez duda de sí mismo; Pablo Iglesias y su Comité Central, estraperlistas de comunismo con misses venezolanas; lo mejor de Albert Rivera es su desnudo en un cartel electoral... Ninguno tiene la menor experiencia de gobierno en una pedanía. Rajoy es lo único que se puede comprar en el mercado. Resultará catastrófico confundir las voces con los ecos.