Balón de Oro
Lucha de tronos
Issa Hayatou, vicepresidente de FIFA, acusado en 2010 de recibir sobornos con motivo del Mundial de Italia y de la elección de Qatar 2022, ha tardado minutos musicales en ocupar interinamente el trono del abatido Joseph Blatter, que dispone de 48 horas para recurrir la sanción de tres meses que le ha impuesto su Comisión Ética. Ángel María Villar estaba en la rampa de lanzamiento para suceder interinamente al rebelde Michel Platini al frente de la UEFA, cuyo Comité Ejecutivo apuesta los higadillos por la inocencia del francés, rechaza el castigo, agotará el tiempo de súplica hasta dejar inmaculado el nombre de Michel y, por el tono, no descarta la insurrección. Villar siempre ha sido fiel a la jerarquía... futbolística. Ayudó a la reelección de Blatter y Platini y si tenía alguna posibilidad de escalar desde la vicepresidencia primera hasta la presidencia europea el amigo francés, presunto inocente, le ha hecho la cusqui.
El presidente del COI, Thomas Bach, ha sugerido que el próximo gerifalte de FIFA «sea un candidato externo», ajeno a las actuales estructuras. A la sucesión en UEFA no se ha referido, aunque determinadas evidencias condenan a ambos mandatarios: Blatter abonó en 2011 a Platini 1,8 millones de euros por un trabajo equis que le hizo entre 1998 y 2002. Un cuatrienio con mensualidades de 37.500 euros. El retraso en el pago se debió, según el ex futbolista, a problemas de tesorería; aunque en 2013 había 115 millones en caja. ¿Contradicción o campos de petróleo?
El estipendio de Platini salió de las arcas de la FIFA, frente a cuya Comisión Ética se rebela. Exigen confianza quienes desconfían entre ellos.
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