Ely del Valle
Mayor cede el paso
Si de algo se puede acusar a Jaime Mayor Oreja es de haber sido siempre fiel a sus convicciones, fundadas en un conocimiento profundo de la secta que durante décadas ha sido la pesadilla de este país. Incluso cuando la oposición le intentaba retratar como la caricatura de un iluminado obsesionado en teorizar conspiraciones inexistentes, él resistió el chaparrón manteniéndose firme con la elegancia de su voz pausada. Ahora sabemos lo que ya sospechábamos: Jaime Mayor Oreja no estará por decisión propia en la candidatura popular a las elecciones europeas ni como cabeza de lista ni en ningún otro puesto, seguramente no tanto por discrepar en algunos aspectos de la política antiterrorista del Gobierno, que también, sino por el varapalo que ha supuesto para alguien que jamás ha confiado en las buenas intenciones de ETA la sentencia de Estrasburgo sobre la «doctrina Parot». Europa se ha puesto de perfil con las víctimas del terrorismo, y quien siempre ha defendido que eran los derechos de éstas y no los de sus verdugos los que deberían prevalecer ha optado por poner distancia.
De su futuro inmediato no quiere adelantar nada, y sólo sabemos que seguirá al frente de la Delegación Española del Grupo Popular en el Parlamento Europeo los meses que quedan hasta el final de la legislatura. A partir de ahí sus planes son una incógnita, aunque las palabras de Mariano Rajoy agradeciéndole su trabajo, esfuerzo y dedicación durante tantos años en puestos de altísima responsabilidad suenan a despedida política en toda la regla y sin cambio de chaqueta, como algunos auguran con muy poco fundamento. Si es así, el ex ministro dirá adiós cediendo el paso sin estridencias y sin dar pie a polémicas que sólo ayudarían a desgastar la imagen del partido al que ha dedicado toda su carrera. Todo un detalle por su parte.
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