Alfonso Ussía
No, no, pero sí... al terrorista
Confiaba en la recuperación intelectual de Maritxell Batet, la flexible danzarina del socialismo catalán, después de haber renunciado a la influencia de su esposo, el pepero cántabro Lasalle, con quien ya no comparte los dulces amaneceres. Lasalle forma parte del poderoso equipo de doña Soraya, y el ministro Méndez de Vigo lo mantiene en el palmito por si las moscas. Viene a cuento felicitar al señor ministro por su desbordado quehacer en Río de Janeiro, apoyando con su simpática presencia a nuestros atletas y deportistas. Al menos sabemos que si algún día abandona la política o la diplomacia tendremos en la reserva un eficaz comentarista de Deportes, siempre que prometa no abusar de su equipación olímpica, que tan poco le favorece.
Maritxell Batet representa a la genuina socialista de Cataluña. Es partidaria del «derecho a decidir» que no es derecho ni nada, y es la gran avalista del terrorista Otegui para que pueda presentarse como candidato de «Bildu» a las elecciones vascas. Maritxell ha abierto la boca y nos ha regalado una reflexión contundente: «Otegui ha cumplido con sus obligaciones con la Justicia». Me permito discrepar. No ha cumplido con todas. La Justicia decretó su libertad, pero le condenó a la inhabilitación para ejercer cualquier cargo público hasta el año 2022. Doña Maritxell ha caído en la confusión somera de las cifras saltarinas. Nos hallamos en el verano de 2016, y su amigo Otegui está plenamente inhabilitado, por mucho y hondamente que ella crea lo contrario.
Resulta pasmosa la facilidad y gusto que demuestran algunos dirigentes socialistas españoles para acariciar los lomos de las ratas. No, no, a Rajoy, y sí, sí, al terrorista. Quizá a Maritxell le ha fallado su equipo de documentación, y no ha llegado a sus manos la relación de socialistas vascos asesinados por la ETA cuando Otegui era el máximo responsable de Batasuna, el tiernamente llamado «brazo político» de la banda criminal. Esa desproporcionada ignorancia es quizá, el motivo de su encrespamiento capilar. A doña Maritxell, cada vez que dice una gansada, se le pone el pelo como una escoba después de ser usada en una nave de cría de pollos. Con independencia de sus preferencias peluqueras, que no admiten otra valoración que la anecdótica, a Maritxell Batet se le podría rebatir con extremada y justa dureza. La actitud de su partido, que es la actitud de Sánchez, es un insulto a las víctimas del terrorismo, a los familiares de los asesinados o mutilados por el terrorismo, a los hijos sin padres por culpa del terrorismo y a los padres que han perdido a sus hijos –más de treinta niños–, por culpa de «quienes han cumplido sus obligaciones con la Justicia». Esta mujer, tan sensible para moldear figuras artísticas a los sones de Tchaikowsky o Prokopiev, es muy férrea y cerril cuando las circunstancias le obligan a la misericordia. De hecho, en cualquier sociedad civilizada, Otegui estaría inhabilitado de por vida. En España, con ese Código Penal que en cuestiones de terrorismo puede compararse con una novela de Corín Tellado o Pearl S. Buck, esa prohibición de por vida no se contempla. Pero sí la inhabilitación temporal establecida en una sentencia, y Otegui, hoy por hoy, no puede ser candidato a nada.
De siempre, los socialistas periféricos han sido socios anímicos del separatismo, y lo que es peor, portadores de la comprensión de los terroristas. Por supuesto que muchos socialistas han impedido con firmeza las extravagancias estúpidas de algunos de sus dirigentes, desde Enrique y Fernando Múgica a Corcuera o Alfredo Pérez Rubalcaba, que actuó de muro contra la necedad natural de su presidente Rodríguez Zapatero. Hoy, Sánchez, se ha rodeado de afines a su egoísmo mendaz, y si bien un amplio sector del PSOE está en alerta, ninguno de sus responsables autonómicos se ha atrevido a pulsar el botón de alarma. La declaración de Maritxell Batet es tan deplorable, inadmisible y burra, que un PSOE menos desvencijado ya habría invitado a la flexible danzarina a marcharse a su casa con la expresa confirmación de no aceptar su solicitud de retorno. Otegui está inhabilitado por la Justicia y Batet inhabilitada por su perversa interpretación del caso. Y en el PP, nadie ha salido a echar por tierra con dureza las palabras de la bailarina. No a Rajoy, que es el ganador de unas elecciones, y sí al terrorista. Que me aten esa mosca por el rabo.
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