Julián Cabrera
Pedro y sus siete enanitos
No está siendo precisamente un plácido camino de rosas esta precampaña electoral para el líder socialista Pedro Sánchez, que ya con el circo en danza, a su elenco de enanos parecen quedarle cada día más pequeños los ropajes. El candidato del PSOE a la presidencia del Gobierno, a tan sólo diez jornadas para el arranque de la campaña, trata de paliar con píldoras dosificadas, como su plan de reforma fiscal a seis meses, el crecimiento de unos menudos que, como a Blancanieves, le rodean en número de siete.
El primero inevitablemente apuntando a Chaves y a Griñán y esos «posibles muy pequeños fraudes». Dos ex presidentes de la junta camino de los juzgados. Enanos creciendo.
El segundo, Felipe González con su misiva al presidente de Sudán, conocido genocida, pidiéndole favores para su amigo Zandi, el polémico empresario que ya apareció en los «papeles de Panamá» y en un ejercicio cuando menos peculiar a la hora de interpretar en clave de intereses particulares la labor de estado de un ex presidente de Gobierno. Un enano que podría seguir creciendo.
El tercero es el otro ex presidente socialista, Rodríguez Zapatero, cuyo reciente viaje a Venezuela ha levantado ampollas en un equipo de campaña de Sánchez que, más allá de una supuesta labor mediadora, lo que ha visto es una provocación en toda regla dando carta de credibilidad a Maduro y favoreciendo los intereses electorales de Podemos –con el apoyo, señalan algunos, de Ferraz– de otro «ex todo» salvo inquilino de La Moncloa como José Bono.
El cuarto enano creciente es una demoscopia que no para de darle disgustos a Sánchez en forma de amenazante «sorpasso» de Unidos Podemos al PSOE. El sondeo publicado antes de ayer por este periódico ya no sólo habla de ventaja en número de votos sino también de escaños. Los Tracking de NC Report para LA RAZÓN marcan una paulatina lluvia fina en esa dirección.
El quinto liliputiense que le crece a Sánchez en su circo es el PSC de Iceta. El primer secretario de los socialistas catalanes no dudó en sumar su voz, al independentismo marchando contra una de las más señaladas instituciones del estado, el Tribunal Constitucional. Otra vez a dar tumbos, superada la disyuntiva sobre el «derecho a decidir». No en vano Sánchez tuvo que apresurarse a adelantar su propuesta de un nuevo marco de relación con Cataluña.
Sexto enano: el creciente malestar de no pocos dirigentes socialistas con acuerdos como la entrada en el Gobierno de Ada Colau en Barcelona sin esperar –como ocurrirá en el Madrid de Carmena– a que pase el «26-J». Pactar con marcas de Podemos antes de las elecciones puede ser lo más parecido a un perfecto roto en la campaña, cuando no a un suicidio.
El séptimo bien puede ser la indiferencia de los otros corredores, verse ignorado por sus adversarios, no aparecer en sus vídeos. Sabio, Feliz, Dormilón, Mudito, Mocoso, Gruñón y Tímido. Pongan nombre a cada uno de los citados perfiles. Todos crecen.
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