PSOE, aprender de su historia

Ni Zapatero, el de la memoria histórica, el que quiso que los vencidos fueran los vencedores, ponía en duda la Monarquía. ¡Qué decir de Felipe González! Con estos antecedentes en el pasado inmediato del PSOE, la pregunta obligada: ¿habrá alguien en el socialismo español con la cabeza encima de los hombros para pensar con sentido de Estado y cerrar definitivamente aventuras a ninguna parte? Eduardo Madina, quien al parecer emerge con posibilidades tras la renuncia de Susana Díaz, no termina de centrarse, de aprender de los grandes gestos de su organización. Recuerde que bastante más problemático para su partido era renunciar, hace unas décadas, al marxismo que ahora sumarse a la estabilidad de la democracia con la Monarquía. Madina haría bien en repasar lo sucedido en mayo de 1979, cuando Felipe González lanzó su órdago visionario al Congreso del PSOE de abandonar el marxismo, que fue rechazado por los delegados. Dimitió, forzó otro Congreso y consiguió el apoyo multitudinario. Tres años después, las urnas le dieron 202 diputados, la mayoría más grande hasta el momento. Los electores conocían perfectamente qué y a quién votaban, un partido acorde con los nuevos tiempos, que desechaba la vuelta a momentos para olvidar. La postura de Madina es incomprensible para multitud de españoles. ¿Cómo entender la postura de abolir la Monarquía, defender la República y, sin embargo, votar a favor de Felipe VI? Sólo apostando por la coherencia, el PSOE continuará siendo alternativa. Quien abandere la andadura será el líder. Lo contrario le está llevando al precipicio, incluso a desaparecer. Así es la vida.