María José Navarro

Valérie

Acaba de salir en Francia un libro fascinante y muy mezquino del que me declaro fan absoluta. Nueve meses después de ser desalojada por la fuerza del Elíseo, Valérie Trierweiler ha vomitado su rabia soltando perlitas en «Gracias por este momento» sobre el que fuera su pareja, el actual presidente de la República. No es la primera vez que leemos cosas así sobre un gobernante francés, esa es la verdad. Cecilia Attias ya puso a caldo por escrito a Nicolás Sarkozy aunque tuvo la deferencia de hacerlo cuando su ex marido ya no ocupaba el cargo. Pero Valérie es de las nuestras, amigas. Venganza caliente y en plato grande. Gracias a su desdén, por ejemplo, nos hemos enterado de que Hollande es un hombre fascinante que puede llegar a desestabilizar por completo a una mujer de armas tomar y dejarla totalmente enamorada y vulnerable. Mirando fijamente a François cuesta trabajo verse en esa tesitura, pero algo debe tener el agua cuando la bendicen. Más allá de los suculentos cotilleos sobre la capacidad de Hollande para tener doble vida e incluso triple o de algunos momentos descritos que le hacen parecer un hombre sin alma, hay un detalle que cuenta nuestra heroína y que parece describir de manera clara la personalidad del inquilino del Elíseo y a la vez hacerle la puñeta de la manera más salvaje: El Presidente de la República francesa llama sin dientes a los pobres. Bígamo, sin escrúpulos y encima cínico. No habrá problema alguno. Ya saben que la izquierda sabe distinguir entre los planos personal y político. En lo económico en Francia la cosa está desastrosa pero quizá gane Hollande adeptos garantistas de la intimidad. Y así hacemos Europa.Y así es Europa.