Iñaki Zaragüeta
Vencedor, sólo Rajoy
¿Para qué provocaríamos la repetición de las elecciones? ¡Vaya error que cometimos! Ésas deben de ser la pregunta y la respuesta que corroen la mente de los tres líderes tras comprobar el paisaje después de la batalla, ¡qué gran película de Wajda! Aunque en esta ocasión, a diferencia de lo que se encontraron los supervivientes del campo nazi, sí que ha habido cambio. Una victoria, la del PP de Mariano Rajoy, y tres derrotas, las de los tres rivales más enconados.
Quienes se negaron a aceptar la voluntad de los españoles del 20-D para que Rajoy formara Gobierno como más votado han mordido el polvo y se encuentran empeorado, el escenario y sus expectativas. Ante Pedro Sánchez, Pablo Iglesias y Albert Rivera, además del fracaso electoral, se alza un panorama de contestación interna y decepción de quienes les dieron su confianza.
El problema del triunvirato es si aguantarán los envites de sus discrepantes. ¿Soportará Sánchez, por más que quiera escudarse en el fracaso del «sorpasso», los embates de la sultana Susana Díaz, de lo que llaman la «vieja guardia», con peso aún en la organización, y de jóvenes como Eduardo Madina, esta vez con escaño?
¡Qué decir de Pablo Iglesias!, a quien ya le han salido ampollas como la de Íñigo Errejón, con Juan Carlos Monedero a la expectativa y tantos otros que lo ven ya como humano. Ya ha tenido que recurrir a ese gesto tan democrático, digo bolivariano, de imponer la ley del silencio al estilo de Elia Kazan con Marlon Brando.
¡Ay, Albert Rivera! Su deriva cuesta abajo. Su ventaja, que sin él Ciudadanos no es nada. Con él, depende lo que haga el PP en el futuro inmediato. Así es la vida.
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