Cuartel emocional

La desesperanza

Ahora, y bajo los auspicios de Aznar, se convoca una manifestación en contra de esa ley de amnistía que Sánchez está poniendo en marcha para perpetuarse en el poder

Intentamos salir de la desesperanza, pero nos damos de bruces con el escepticismo, la incertidumbre y el temor que nos producen hechos como la reunión de dos psicópatas, Putin y Kim Jon un, que viajó a Moscú en su tren blindado. ¡Eso sí que es viajar!, Sánchez debe estar muy envidioso porque el Falcon al lado de eso es una risión. El tren tiene tantos encantos, nos provoca tantas fantasías que un largo recorrido con todas las comodidades, claro es, significa el verdadero placer de viajar. Recuerdo muy bien los desayunos del coche-restorán con servicio de plata, el pan recién tostado, los bollos de leche, la mantequilla en rulitos y la mermelada de naranja amarga en pequeños recipientes también de plata muy brillante. Los vagones alfrombrados de Wagons-Lits-Cook, que viajaban de noche en un trayecto de catorce horas La Coruña-Madrid, ahora son suplidos por trenes de alta velocidad, que están muy bien porque todos vamos con más prisas. He podido saber que todavía se puede disfrutar de lo que se llamaba entonces choche-cama con la misma compañía, que realiza ahora –y también antes-, el servicio del mítico Orient Express a modo de viaje turístico de lujo. Habrá que ahorrar para un día poder hacerlo. Pero lo del norcoreano es otra vaina, él, que es un maligno, va a Rusia con su blindado a dar armas al otro maligno a cambio de ingeniería espacial y dinerito fresco, mientras habla de "lucha sagrada contra las fuerzas hegemónicas". Miedo me dan tanto el uno como el otro, y mucho más viéndolos juntos y maquinando no sabemos qué, pero de seguro que nada bueno.

En el terreno nacional tampoco tenemos novedades positivas que contar. Ahora, y bajo los auspicios de Aznar, se convoca una manifestación en contra de esa ley de amnistía que Sánchez está poniendo en marcha para perpetuarse en el poder. Por cierto que Amedo -¿se acuerdan del expolicía condenado por los GAL?-, pedirá acogerse a ella porque sus delitos fueron de Estado para acabar con los asesinos etarras en sus refugios, y está dispuesto a largar lo que ocurrió en aquellos años en una comisión de investigación. Puede ser un bonito acontecimiento, pues estaba todo orquestado bajo la batuta del Partido Socialista. Vamos a ver qué pasa.

Sé bien que estábamos en calibrar otras cosas de nuestras vidas para perder un poco esa amargura que la situación del país nos causa, pero es difícil. Imposible no estar al día de lo que ocurre para quienes nos dedicamos a esto de escribir en periódicos, si bien hay otros temas que podrían abordarse, pero el escritor de prensa “se desangra y se deshoja a un mismo tiempo”, como bien dice el gran Juan Manuel de Prada, y no tenemos más solución. Somos “escritores de guardia”, y a algunos nos sucede que, en nuestras noches de insomnio, nos solazamos delante del teclado y purgamos nuestro corazón juntando letras, uniendo palabras. Por eso tenemos también una sensibilidad a flor de piel, que algunos no entienden, y se nos hiere con más facilidad que a cualquier profesional de otro oficio. La inteligencia artificial, que no tiene sentimientos, está ahí amenazando con sustituirnos, y así andan en Hollywood, haciendo huelgas, manifestándose y reclamando una regulación en la creación de contenidos mediante ordenadores en cuya lucha las protestas y acciones emprendidas por autores, actores y guionistas son fundamentales. Que la fuerza les acompañe.

CODA. Según un estudio la llamada “generación Z” se pavonea de trabajar menos para vivir mejor. La cultura del máximo rendimiento con un mínimo esfuerzo y la desaparición de la excelencia ha cundido de forma masiva. Ya son pocos los que persiguen ese Nº 1 de su promoción, esas matrículas de honor, ese acceso a universidades de prestigio o estar en posesión de un curriculum vitae brillante. Vamos hacia una sociedad empobrecida de talentos y de eminencias. A este paso, desaparecerán, por ejemplo, los Premios Nobel porque no habrá personas con altura y superioridad suficiente. O falsos doctores como el que nos gobierna.