
Sin Perdón
Un desfile militar para el 2 de mayo
«Hay que decirle a Sánchez que hasta aquí hemos llegado, porque no es el propietario de España y sus instituciones»
Nada impide que el próximo 2 de mayo se celebre un desfile militar que ofrezca una cumplida respuesta a la agresión de Sánchez contra Madrid. Su obsesión contra Ayuso le ha conducido a prohibir que se celebre, como sucedía otros años, pero nada impide que el gobierno de la Comunidad de Madrid haga un llamamiento a los militares que no están en activo para que desfilen por las calles de la capital. Por supuesto, cuenta con medios y experiencia para organizar todo tipo de actos. Estoy convencido de que centenares de oficiales en la reserva se ofrecerán para colaborar en un acto patriótico de estas características y hacer frente al despotismo del inquilino de La Moncloa. Hay que decirle que hasta aquí hemos llegado, porque no es el propietario de España y sus instituciones. No puede actuar arbitrariamente movido por el profundo resentimiento que siente contra Madrid, porque sus habitantes le han dado la espalda. En los tiempos de Atenas, hubiera sido condenado al ostracismo, porque sus actos atentan contra la democracia.
Madrid tiene que celebrar un desfile militar. No se puede aceptar un comportamiento tan arbitrario e injusto. Estoy convencido de que la inmensa mayoría, por no decir todos, los militares en activo no comparten, aunque la asuman disciplinadamente, esta agresión contra Ayuso y los madrileños. Entiendo que sería complicado que desfilaran los miles de voluntarios que desearían desagraviar a la Comunidad de Madrid, pero hay que hacer un llamamiento para que las calles se llenen de uniformes de todas las armas. Unos pueden desfilar y otros mostrar su rechazo al fanático sectarismo de Sánchez. Al igual que el 2 de mayo de 1808 se produjo el levantamiento en la capital de España contra la ocupación francesa y un tirano como Napoleón, ahora es la oportunidad para que en una gran democracia se levanten pacíficamente los ciudadanos para mostrar que no se pueden utilizar las instituciones al servicio de los caprichos y las arbitrariedades de un político. Por tanto, nada impide que la capital del Reino se llene de militares en la reserva con sus uniformes, que los que quieran desfilen y que se cree una comisión para organizar este acto cívico de protesta, patriotismo y amor a España.
Francisco Marhuenda. De la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación de España. Catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE)
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