Cuartel emocional

Dicen otros

A los talanqueros de Pedro, Yolanda, Irene y compañía les conviene hacer pandilla y juntarse con los que están al otro lado del mar para intercambiar ideas

Uruguay es de los pocos países que resisten al comunismo compulsivo que vive Hispanoamérica. Y, sí, digo Hispanoamérica en vez de la cursilada de Latinoamérica, entre otras cosas porque en aquellos países no se habla latín sino un español impecable, mucho mejor que el nuestro, más educado, más cortés e infinitamente más respetuoso. Latinoamérica fue un término acuñado por la izquierda postconstitucional que jamás he utilizado ni pienso, por una cuestión de fidelidad a unos principios irrenunciables. Me gustó en La Razón el otro día Isabel Díaz Ayuso -por quien siento una debilidad cuasi maternal-, que ella evita el término “comunitario” y prefiere decir “regional”, algo que promuevo incansablemente por ser también preconstitucional y más adecuado a una lengua que respetamos tan poco porque la calle y los políticos ignoran cómo se utiliza de forma correcta soltando palabras a granel sin el conocimiento de su significado.

Pero vayamos a Uruguay, país del que solamente conozco su capital, Montevideo, pero no la tan nombrada Punta del Este, que creo que es bellísima. Su flamante nuevo presidente ha hecho unas primeras declaraciones en las que asegura que "he bajado los impuestos porque hay que estimular a la gente que emprende, arriesga, piensa y trabaja horas extra", igual que Ayuso cuando explica y cuando expone su programa de gobierno para las próximas elecciones del 28-M que todos esperamos como ese agua de mayo que no se deja sentir y que las secas tierras de la estepa castellana y ya también de otras zonas de nuestro país empiezan a anticipar tiempos difíciles para los cultivos y para la ganadería en unos momentos de vacas flacas para muchos, menos para el gobierno que sigue como si nada, cargándose las presas de igual forma que trasladan a otros agujeros a los muertos del pasado con el mismo argumento para ambos, o sea, que son memorias franquistas, memoria histórica que están reformando ex terroristas y separatistas, los que mandan en Sánchez, los costaleros de Sánchez, los que mantienen en Moncloa al hombre de azul. Mientras tanto reciben con honores a Gustavo Petro, perteneciente a una de las bandas de guerrilleros más sobresalientes del país que preside, Colombia, que va del insulto hacia España, los españoles y lo español a la incorrección indumentaria negándose a vestir frac en una cena preparada en su honor. ¡Qué asco! ¿De quién es la brillante idea de traerlo luego de patearnos el trasero con agravios hacia nuestro pueblo y hacia el palacio donde se le aloja? Dios los cría y ellos se juntan y, claro, a los talanqueros de Pedro, Yolanda, Irene y compañía les conviene hacer pandilla y juntarse con los que están al otro lado del mar para intercambiar ideas.

Mientras tanto la Junta Electoral Central abre expediente a la ministra Isabel Rodríguez, la mujer de pelo corto y sonrisa cínica, por hacer un uso partidista de la comunicación institucional en contextos que deben ser neutrales, mientras ella insiste en que volverá a incurrir en la falta porque le resulta inevitable no hablar contra el PP.

CODA. Me da pena no comentar en estas líneas de hoy la coronación de Carlos III y la Reina Camila, pero los tiempos para mandar el artículo al periódico son los que son. La semana que viene intentaremos dar unas pinceladas sobre este acto histórico porque no se habrá quedado obsoleto. Aunque no sea nuestro país disfrutaremos desde la lejanía de la pompa y la circunstancia tan ausente de nuestra institución monárquica. Todavía guardo en la memoria aquellas recepciones en los jardines del Campo del Moro en el día de san Juan, celebrando la onomástica que nuestro Rey. Son momentos de un pasado que algunos recordamos con nostalgia.