Cuartel emocional

Me pongo a la cola

Lo de los 44 candidatos del terrorismo etarra a las próximas elecciones es algo sobre lo que ya se ha dicho todo pero habría infinitos argumentos más para mostrar la repugnancia que despierta

A Nancy Pelosi le ha impuesto Sánchez, en su visita a la Casa Blanca, la Gran Cruz de Isabel la Católica porque, dice, ha roto muchos techos siendo la primera mujer convertida en presidenta de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, pero esquiva que hizo retirar las estatuas de Cristóbal Colón e Isabel la Católica del Capitolio del estado. También Gustavo Petro ha recibido el collar de la misma Orden después de sus bonitas palabras sobre el yugo español, la colonización y la conquista españolas, precisamente en tiempos de la Reina Católica. Incluso se han ido con distinción cinco de sus ministros y hasta su mujer, la Vero. Esto es regalar medallas a granel, por eso yo, que no aporto ningún inconveniente en contra y no echo pestes por vivir cerca de El Pardo, como el mandatario colombiano, me pongo a la cola, que a nadie le amarga una banda para lucir al bies en bodas y banquetes, que ahora estamos en la época.

El otro día, volviendo a casa después de Espejo Público, el taxista que me traía se lamentaba de que el tráfico estaba momentáneamente parado y los motoristas se dejaban ver en la cuneta. “El Rey debería igualarse con los demás y no permitir que se detenga la circulación a su paso”. Le contesté que demasiado se mezcla con la ciudadanía, al tiempo que le hice observar que quien estaba pasando llevaba en el coche el banderín de Colombia. Era su presidente quien obstruía el rodaje normal, porque con el inquilino de la Zarzuela, no ocurre. Pero dejémoslo ya ahí, que esto empieza a oler a garbanzo rancio, como lo de Tezanos, que es más de lo mismo. Nos duele el bolsillo de patrocinar tanto fraude en las encuestas, sin embargo no debemos perder de vista que todavía quedan esperanzas pese a la marea de votos que están intentando captar, ora con los créditos ICO para la entrada del piso, ora con las promesas a la gente de campo para subvenciones por la sequía (mientras se regala agua a Portugal y se recorta el tan traído y llevado trasvase Tajo-Segura), hasta incluso se toman medidas especiales desde el gobierno para los trabajadores en las horas más calurosas del día que se avecinan en un verano que promete altas temperaturas, pasando por subvencionar al 50% del interrail. Ya no saben qué hacer. Lo triste es que a mí no me toca nada porque estoy fuera de edades para lo de los pisos, para lo del tren y para todo.

Lo de los cuarenta y cuatro candidatos del terrorismo etarra a las próximas elecciones municipales y regionales es algo sobre lo que ya se ha dicho todo pero habría infinitos argumentos más para mostrar la repugnancia que despierta. No quiero decir nada sobre quienes tienen miembros en sus familias víctimas de las sangrientas matanzas que nunca se borrarán de la memoria histórica –esto sí es “memoria histórica”-, cuyos verdugos son ahora socios de Sánchez. No se entiende que el voto vaya a un partido que se sostenga con los que han producido muerte y sufrimiento. Con quienes incluso asesinaban en los entierros de guardiaciviles con la anuencia de los miembros de su banda. Ésta ha sido una semana dura para quienes tienen conciencia de lo que España ha llorado a todos los que han muerto bajo el hacha y la serpiente de ETA.

CODA. Como dijo Enrique Múgica Herzog, socialista de pura cepa, que fue ministro de Justicia a principios de los noventa, Defensor del Pueblo en el 2000 y hermano de Fernando, socialista también histórico, asesinado en 1996 por Txapote, ni se perdona ni se olvida.