Tribuna

Economía de la Defensa (y III)

Una política económica acertada es, sin lugar a dudas, esencial para diseñar una política de Defensa eficiente

Economía de la Defensa (y III)
Economía de la Defensa (y III)Raúl

En una anterior tribuna se destacó que los resultados empíricos relacionados con el gasto en Defensa y el crecimiento económico varían significativamente según el país o región, su estructura económica, grado de desarrollo y el período de tiempo considerado. Esta diversidad de resultados se ve afectada por la falta de un modelo macroeconómico verificado y eficiente, la dificultad de aislar los efectos de numerosas variables y las distintas metodologías empleadas en los análisis. En resumen, la enorme complejidad del tema impide, por el momento, alcanzar conclusiones universales y definitivas.

Uno de los estudios más extensos fue realizado por Alptekin y Levine, quienes analizaron 32 trabajos que contienen 169 estimaciones diferentes sobre el impacto del gasto en Defensa en el crecimiento económico. Concluyeron que este gasto influye negativamente en los países menos desarrollados, mientras que en los países avanzados el efecto es positivo. Esto podría deberse a que los costes de oportunidad en las economías en desarrollo son proporcionalmente mayores que en las economías avanzadas, además de los beneficios derivados de la industrialización y las exportaciones en estos últimos.

A pesar de la ausencia de conclusiones universales, se pueden deducir algunas consideraciones provisionales:

1.- Impacto de las exportaciones de material de Defensa: Si el gasto militar genera exportaciones significativas, puede contribuir positivamente al crecimiento económico.

2.- Importaciones y crecimiento: Si, por el contrario, el gasto militar impulsa más importaciones que exportaciones, el efecto podría ser negativo, ya que se estaría generando inversión y empleo en el exterior en lugar de en el propio país.

3.- Balance comercial en Defensa: Desde una perspectiva económica, es deseable que las exportaciones de material de Defensa superen a las importaciones.

4.- Industria de Defensa propia: Para lograr lo anterior, es esencial contar con una industria nacional de Defensa que permita una mayor autosuficiencia mediante fabricación propia o en colaboración con aliados, lo que también aporta una ventaja geoestratégica al reducir la dependencia del exterior.

5.- Inversión en I+D+i: Cuanto más invierta un país en investigación, desarrollo e innovación en el sector de Defensa, mayor será la probabilidad de que el gasto militar tenga un impacto positivo en el crecimiento económico, ya que sus beneficios se reflejarán en la balanza de pagos y contribuirán al desarrollo económico.

6.- Transferencia tecnológica: Las Fuerzas Armadas avanzadas tecnológicamente benefician a la sociedad en su conjunto. Gran parte de la tecnología desarrollada para la Defensa tiene un uso dual y termina aplicándose en el ámbito civil, generando bienestar social a través de innumerables innovaciones.

7.- Preparación del personal militar: El nivel de formación de los miembros de las Fuerzas Armadas influye positivamente en el crecimiento económico, ya que una mayor preparación mejora la eficiencia y eficacia de las Fuerzas Armadas.

8.- Eficiencia operativa: Una mayor eficiencia en las Fuerzas Armadas contribuye al crecimiento económico al optimizar el uso del gasto en Defensa y asegurar el cumplimiento efectivo de sus misiones.

Esta última cuestión se encuentra ya positivizada en nuestras Reales Ordenanzas. En el artículo 65, que bien podría estar cincelado en el frontispicio de cualquier organismo público, dispone, refiriéndose al militar: «Administrará los recursos puestos bajo su responsabilidad para obtener el máximo rendimiento de ellos, de acuerdo con los principios de economía y eficiencia en su utilización y eficacia en el cumplimiento de los objetivos fijados». De esta manera, los principios de economía, eficacia y eficiencia son de obligada observancia en nuestros ejércitos, al estar incorporados en el principal código de conducta. No solo es cuestión de gastar más, sino de ser eficaces gastando eficientemente.

También es crucial recordar que la Seguridad Nacional es la base sobre la que se sostiene el desarrollo económico de un país. Los estados inseguros enfrentan enormes dificultades para alcanzar un desarrollo económico y social sostenible, mientras que aquellos que disfrutan de seguridad pública y jurídica tienen mayores posibilidades de prosperar. La inseguridad es un obstáculo casi insalvable para el desarrollo.

En efecto, la Seguridad Nacional es la pista por la que se desliza el desarrollo económico de un país, de manera que estados inseguros tienen enormes dificultades para su desarrollo económico y social. Por el contrario, estados que gozan de una razonable seguridad pública y jurídica tendrán mayor posibilidad de tener un proporcionado desarrollo económico y social. Es muy difícil que un país inseguro alcance cotas de desarrollo razonables.

Para sintetizar la importancia de la Economía de la Defensa, nada más adecuado que recordar al profesor Velarde, quien escribió: «A poco que se reflexione, se convendrá que todo pensamiento militar que se precie, no podrá prescindir del análisis económico ni del nivel de desarrollo de su país, especialmente de producción, renta e inversión». Esto es así porque la economía constituye el soporte material sobre el que descansa la Defensa Nacional. Una política económica acertada es, sin lugar a dudas, esencial para diseñar una política de Defensa eficiente.

Tomás Torres Peral.Comandante de Caballería. Academia de las Ciencias y Artes Militares.