Medidas económicas
Derogar por derogar no crea empleo; la reforma laboral, sí
El PSOE tenía como objetivo prioritario «derogar» la reforma laboral, no mejorarla, ni siquiera cambiarla. Es decir, que la actual ley sea eliminada. Suprimirla casi como sea sin que en su lugar exista otra norma que regule aspectos fundamentales del mercado laboral. Estamos seguros de que derogar por derogar no es un incentivo para la creación de puestos de trabajo. España está en la senda del crecimiento y gestos como el de ayer en el Parlamento no favorece en nada. La proposición no de ley proderogación salió adelante en el Congreso con el voto de socialistas, Podemos, nacionalistas vascos y separatistas varios, más la equívoca abstención de Ciudadanos, que está a todo y a nada, en el sí, pero no. La iniciativa del PSOE, transaccionada con el resto de grupos, no tiene efectos de aplicación legislativa inmediata, pero sirve a su estrategia de acoso y derribo de las grandes reformas que el PP puso en marcha la pasada legislatura. Hace unas semanas se aprobó la censura de la Lomce y de la Ley de Seguridad Ciudadana. La misión de estas acciones tienen un claro carácter propagandístico y simbólico, no tanto por enterrar normas que se aprobaron con la mayoría absoluta con la que gobernó Rajoy, sino como una operación de los socialistas para reconstruir su papel en la oposición y su desastrosa situación electoral. Un ejemplo de este tipo de política superficial es que los socialistas no hayan querido plantear modificaciones a la actual reforma laboral, sino que se han limitado a sumar votos contra una ley de grupos tan dispares como Podemos y PNV en aras de sentar las bases de un nuevo Estatuto de los Trabajadores. Insistimos en que la proposición no de ley es una iniciativa de carácter político –simbólico en el caso que nos ocupa–, sin consecuencias legales. Por lo tanto, se trata de un gesto baldío. El PP ya no dispone de la mayoría en la Cámara, pero sigue siendo el partido mayoritario, por lo que cualquier reforma de calado debe contar con su acuerdo. El PSOE debería evitar la estrategia nefasta de encabezar un pacto anti-PP, una alianza a la que es fácil sumarse, pero que nada aporta a la gobernación del país. Los socialistas deberían centrar sus esfuerzos en proyectos que realmente ayuden al avance de España. No deja de ser sintomático que el mismo día en que el Congreso saca adelante esta proposición no de ley contra la reforma laboral, el FMI haya alabado la «vigorosa creación del empleo» en España, de la que no es ajena el marco de relacionados laborales consagrado en 2012. La sentencia del FMI tiene además el valor añadido de partir de una institución poco dada a los halagos y sí a las recetas más ortodoxas en el cumplimento del déficit y en los ajustes presupuestarios. El Gobierno tiene razones de peso para defender una legislación que ha demostrado su utilidad, no sólo en la creación de empleo, sino también en que no se hayan destruido miles de puestos de trabajo. Hay que recordar que la reforma laboral aprobada por el PSOE en 2010 provocó la pérdida de 3,5 millones de empleos, mientras que la que está en vigor ha permitido crear 1,8 millones. Ayer mismo, Eurostat señaló a Portugal y España como los países con mayor ritmo de generación de puestos de trabajo entre los veintiocho socios comunitarios. Hay, pues, experiencia acumulada que habla de las bondades de una reforma clave, también para que España encabece el crecimiento de las grandes economías europeas. Que el PSOE y el resto de la oposición, Ciudadanos incluido, nieguen la realidad demuestra cuáles son sus intereses, que, sin duda, no son los generales.
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