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Diálogo y lealtad en Cataluña

La Razón
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El Gobierno ya anunció su intención de redoblar su presencia en Cataluña, de potenciar el diálogo sobre el futuro del territorio y de afrontar los no pocos problemas que aquejan la vida de los ciudadanos de la comunidad. La vicepresidenta del Ejecutivo y también ministra para las Administraciones Territoriales ha asumido en primera persona la responsabilidad de mantener esa presencia activa del gabinete en Cataluña. Ayer mismo, Soraya Sáenz de Santamaría se reunió en Barcelona con los líderes del PSC, Miquel Iceta, y de Ciudadanos en la autonomía, Inés Arrimadas, como una primera toma de contacto con líderes catalanes para compartir diagnósticos y propuestas. La vicepresidenta ha dejado también claro su compromiso de priorizar una interlocución fluida con la Administración separatista. Existe, por tanto, una voluntad reforzada de tomar el pulso a la Cataluña oficial, pero también de hacer lo propio con la Cataluña real, mediante una cercanía decidida con los actores principales de la sociedad civil del territorio. El Gobierno quiere resolver desencuentros y recuperar sintonías para que Cataluña prospere y la gente se beneficie de esa colaboración. El diálogo debe ser el cauce obsesivo y la lealtad, la exigencia inapelable. Sin ella, y sin el respeto a la Ley, a la Constitución, el esfuerzo conjunto será inviable. En esta encrucijada que se cierne sobre ella, la Generalitat hará bien en buscar soluciones posibles a los problemas concretos de los ciudadanos y no generar conflictos corrosivos. El Estado estará muy presente en Cataluña y eso debe ser bueno para todos.