Los presupuestos no se olvidan de Cataluña

Hay mucho interés en prefabricar un debate sobre que hay comunidades que han sido «castigadas» en las inversiones de los presupuestos generales del Estado. Se olvida en esta competición territorial que determinados desfases en algunas partidas son corregidos en las próximas cuentas, incluso fueron debidamente equilibrados en la anterior. Decir que en Cataluña no se va a cumplir el plan de infraestructuras de 4.200 millones de euros comprometidos hasta 2020 porque en este ejercicio desciende la inversión es no tener en cuenta que en las cuentas de 2018, que se presentarán en unos meses, es donde aparecerán las cifras de dichas inversiones. Además, la inversión en Cataluña asciende a 1.150 millones de euros, mientras que el gasto de Fomento pasa de 890 millones en 2016 a un presupuesto de 1.305 millones para 2017. El compromiso del Estado con las pensiones es ineludible, como lo refleja que su gasto suba un 3,1%, 4.000 millones más respecto a 2016. Pese al aumento de las cotizaciones sociales –que ha pasado de 132.290 millones a 136.341–, no ha podido paliar el déficit de la caja de la Seguridad Social, lo que ha obligado a incluirlo en el presupuesto. En conjunto, se tratan de unas cuentas sociales, sin recortes en los servicios y sustentadas en un histórico aumento de los ingresos por recaudación fiscal –sin subir impuestos–, que, a su vez, se sustenta en una mejora en las previsiones de crecimiento de nuestra economía.