Lucha contra el desempleo

Un gobierno estable para activar nuevas reformas contra el paro

La Razón
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Afortunadamente, el Gobierno ahora en funciones nunca ha hecho demostración alguna de euforia con los resultados del paro cuando éstos han mejorado. Se parte del principio de que una sociedad con un nivel de desempleo que ha sobrepasado los cinco millones, como los ha tenido España, tiene un grave problema estructural en su economía. Lo importante y decisivo es tener una política económica clara y que dé resultados concretos. En este sentido, los objetivos marcados para Mariano Rajoy se han ido cumpliendo, por lo que sólo cabe seguir trabajando en la misma dirección y poder formar un Gobierno lo antes posible que evite la inestabilidad y favorezca las inversiones. En este contexto, hay que tener también en cuenta que Standard & Poor’s ha revisado en dos décimas al alza su pronóstico de crecimiento para España y lo ha situado en 2,8%. Las datos hechos públicos ayer dan margen para el optimismo: el paro bajó en junio en 124.349 desempleados. El número de parados registrados cayó hasta 3.767.054 personas, que es el nivel más bajo desde septiembre de 2009, lo que supone, además, un 3,2% menos que el mes anterior. Estos datos tienen una interpretación que hay que tenerla muy en cuenta: los cotizantes a la Seguridad Social han subido en 98.432 personas, que es el mayor incremento en diez años, lo cual sitúa la cifra total en 17.760.271 afiliados. A pesar de que junio es un mes que se comporta siempre favorablemente para la contratación, lo realmente positivo es que el descenso del paro se ha producido en casi todos los sectores productivos, salvo la agricultura. El arrastre del turismo es evidente, pero es significativo el aumento el comercio, actividades administrativas, la manufactura y la construcción. Los sindicatos UGT y CCOO han insistido en la estacionalidad de los datos, que es posible que se reviertan al final de la campaña estival, pero, instalados en su catastrófico burocrático habitual, olvidan que el descenso del paro es una tendencia continuada que suma, además, cuatro meses seguidos desde marzo. Incluso comparándolo con el mes de junio del año pasado (94.727), el descenso en éste es significativamente superior. Esta tendencia está avalada por el hecho de que la afiliación a la Seguridad Social está creciendo, respecto a 2015, en un 2,92%, que es una progresión que coincide con el crecimiento del PIB (3%), por lo que debemos interpretar que todo el crecimiento económico se traduce en creación de puestos de trabajo. La progresión en la creación de empleo debe verse desde la perspectiva de que cuando el PP llegó al Gobierno, en noviembre de 2011, había 4.420.462 parados en España, más de los 650.000 que hay actualmente, y las tasas de destrucción de empleo en todos los sectores productivos eran alarmantes en todas las comunidades autónomas y en todos los segmentos de la población, por edad y sexo. No olvidemos que en 2012 se superó los seis millones de parados. Se puede decir que tocamos fondo. Por lo tanto, es necesario insistir en las reformas que se deben poner en marcha –entre otras, modernizar el Servicio de Empleo con un tratamiento personalizado para cada desempleado, o las bonificaciones en las cotizaciones para impulsar la contratación indefinida– y trabajar con el objetivo de alcanzar los 20 millones de españoles trabajando en 2020. Para ello es necesario un Gobierno fuerte, con apoyos suficientes y una oposición que comparta los compromisos europeos.