Bruselas

Un pacto contra el yihadismo

El Gobierno está ultimando con el PSOE el pacto contra el terrorismo yihadista, un gran acuerdo que debería firmarse desde la responsabilidad y el compromiso con la defensa nacional. Los atentados recientes de París han evidenciado que el terrorismo islamista es un verdadero peligro, por su carácter sanguinario e indiscriminado y por atentar directamente contra el sistema democrático y sus valores de convivencia y tolerancia. Según la información que publicamos hoy, la célula yihadista perteneciente al Estado Islámico desmantelada recientemente en Ceuta escondía armas para perpetrar atentados masivos y su intención, según fuentes policiales, era atacar objetivos civiles. Por lo tanto, la futura ley orgánica contra el yihadismo –que según las previsiones del Gobierno debería aprobarse en febrero– es una herramienta de defensa de nuestra sociedad y requiere el apoyo del mayor partido de la oposición. Debatir si este pacto debe ser «con foto» o simplemente rubricado es, además de frívolo, un ejemplo de política de vuelo bajo y estrictamente guiada por intereses electoralistas. El terrorismo, como la sociedad española sabe bien, necesita para su derrota acuerdos en los que las fuerzas políticas actúen con sentido de Estado. El terrorismo debe estar fuera de la pugna electoral porque es el enemigo principal de las sociedades democráticas. En el texto conjunto que Gobierno y socialistas firmarán no se recoge la revisión de la prisión permanente revisable, ni tampoco la implantación de la cadena perpetua, como así defendía el PSOE, aunque podrá aplicarse la pena máxima, según se recoge en el artículo 33 del Código Penal, a terroristas condenados por alguna muerte. El líder socialista, Pedro Sánchez, dijo el pasado miércoles en Bruselas que los españoles conocen bien la importancia de la unidad para luchar contra el terrorismo, principio que comparte con Mariano Rajoy y que debe ser la base sobre la que este pacto pueda ampliarse al resto de los partidos con representación parlamentaria. Hay, además, que partir del principio que ha inspirado esta ley orgánica y que el presidente del Gobierno expresó recientemente: «Hemos decidido vivir sin miedo». La defensa de nuestra sociedad no sólo es compatible con la seguridad, sino que es necesario reforzarla cuando es atacada de manera tan brutal. El yihadismo debe saber que los países democráticos no van a ceder a la tentación de restringir los derechos constitucionales para luchar contra esta barbarie, pero también debe saber que se luchará desde la eficacia policial, la Justicia y el cumplimiento de las penas. El pacto que el Gobierno y el PSOE están ultimando está abierto al resto de fuerzas y es necesaria su participación porque no hay mejor arma que la unidad. Es la hora de hacer política mirando por los intereses de todos.