Parresía
Efectivo y hornillo
Tenemos obsesionado a Donald Trump con España, y eso es de todo… menos positivo. Quinta vez en diez días que nos señala el presidente de Estados Unidos por no destinar más presupuesto a Defensa
Con Extremadura y quizá Aragón a punto de adelantar sus respectivas elecciones regionales, y con las andaluzas también en el horizonte, quién sabe si el año que viene nos veremos votando también en unas generales. Pedro Sánchez no las quiere por nada del mundo –insiste una y otra vez en que habrá legislatura hasta 2027– pero aquí el mando, lo sabemos de sobra y lo hemos escrito más veces, lo tienen verdaderamente quienes sujetan al presidente del Gobierno. Lo tiene, nada más y nada menos, que el fugado Carles Puigdemont. ¿Qué habrá pasado para que el susodicho amague, justo ahora, con romper el Gobierno y para que incluso se plantee una moción de censura? ¿Será porque aún no le es posible regresar a Cataluña mientras ve cómo la fuerza de Junts se diluye, frente a la pujante Aliança Catalana? ¿Será porque conoce informaciones letales sobre Sánchez?
El próximo lunes, desde Perpiñán, el fugado y los suyos volverán a demostrarnos quién manda en esta España asimétrica. Hay preguntas que, a estas alturas, no precisan respuestas. ¿De quién depende la fiscalía?¿Y este Gobierno nuestro? Pues eso.
Por lo demás, tenemos obsesionado a Donald Trump con España, y eso es de todo… menos positivo. Quinta vez en diez días que nos señala el presidente de Estados Unidos por no destinar más presupuesto a Defensa. (Inciso: basta ya de criticar al periodista español que –por pura lógica– allí, en La Casa Blanca, le pregunta por España). El caso es que Trump sabe que vamos a comprar armas a los americanos, armas para Ucrania, y aún así no le parece suficiente. A ver cómo conseguimos desaparecer de sus pensamientos un ratito en este oscuro contexto internacional, con Rusia violando cada dos por tres el espacio aéreo europeo y nosotros, OTAN mediante, enviando cazas a la zona caliente.
Con todas estas informaciones en la cabeza una llega a casa, empieza a hacer zapping en programas de actualidad y se queda aún más intranquila con el panorama así, en general.
Mi madre me ha pedido hoy que, por favor, pase de comprarlo todo con mi tarjeta, saque ya de una vez algo de dinero en efectivo y compre el dichoso hornillo, porque nunca se sabe qué será de nosotros con estos conflictos bélicos y con esta crispación en el ambiente. Y oye, medio en broma medio en serio, mañana mismo creo que me pongo con la lista del kit de supervivencia, ya no solo por la evolución de las guerras próximas, sino por ese hipotético segundo apagón que tampoco deberíamos descartar del todo.
Entre tú y yo: Que no nos falte la salud y que, si vienen nubes negras, estemos preparados.