El trípode

Ejemplar Yolanda, contraria a los indultos a los corruptos

La actual versión 2.0 ya tiene a Yolanda en el puesto que le cedió el líder podemita cuando dimitió para enfrentarse a Díaz Ayuso en las autonómicas de 2021 que significaron el principio del fin de Podemos como es público y conocido.

Es una práctica usual en política dar «cien días de gracia» a un nuevo gobierno, entendiendo que es un plazo de tiempo razonable para que aterricen en sus (nuevas) responsabilidades los ministros, y comenzar a pedir sus comparecencias ante las correspondientes Comisiones parlamentarias para conocer sus respectivos objetivos para la legislatura. No es el caso del actual Frankenstein, que es la segunda versión corregida y aumentada, –si cupiera, pero que no cabe– de su primera versión, la de enero de 2020 con Pablo Iglesias de vicepresidente y Yolanda de ministra de Trabajo.

La actual versión 2.0 ya tiene a Yolanda en el puesto que le cedió el líder podemita cuando dimitió para enfrentarse a Díaz Ayuso en las autonómicas de 2021 que significaron el principio del fin de Podemos como es público y conocido. Su sucesora Yolanda, designada «digitalmente» por su antecesor, no ha defraudado las expectativas que la calificaban por su previa experiencia gallega como de una lealtad «manifiestamente mejorable», especializada en sembrar las cunetas con los cadáveres políticos de sus sucesivos jefes. Tras el apabullante éxito de su debut electoral en Galicia como lideresa de Sumar, la formación fundada por ella como sustituta de la podemita en el Frankenstein 2.0, ha estado alejada de los focos mediáticos desde entonces por ser reclamada en los EEUU, suponemos que por Biden, al que las encuestas no le son muy favorables, (ya que Trump no parece estar muy por la labor). Ahora ya de vuelta a casa, ha aterrizado en plena tormenta política de la «Koldosfera» y ciertamente no ha defraudado en esta ocasión las expectativas puestas en ella. Se ha mostrado como su colega Francina, «muy indignada» con «los 20 golfos corruptos» que aprovecharon el sufrimiento de tantos compatriotas hospitalizados, confinados y fallecidos durante la pandemia para corromperse con las «mascarillas fake» y ha planteado diversas iniciativas para hacer frente a esas corruptas prácticas. En especial merece destacarse la iniciativa de una reforma del indulto para que no se pueda aplicar a los condenados por corrupción. Y también ha planteado modificar la figura del aforamiento para evitar sea utilizado como protección frente a casos de corrupción. La ejemplaridad yolandista resulta llamativa procedente de quien era y es vicepresidenta del Frankenstein que indultó y ahora quiere amnistiar a quienes malversaron caudales públicos para financiar el anticonstitucional procés. Y que ha reformado la malversación del CP a gusto de su querido Puigdemont, Junqueras y cia. Entendemos que ese radical giro político por su parte significa que no va les va a amnistiar, lo que ciertamente es una gran noticia. Permanezcan atentos a la pantalla de la ejemplar Yolanda.