El aznarismo avanza en el PP

Es lógico que el nuevo líder del PP, Pablo Casado, quiera conformar una dirección política del partido que cumpla los objetivos que se ha marcado: recuperar electoralmente el peso perdido y volver a gobernar España. Es legítimo e exigible. Los populares ha recibido la doble presión de Cs, que quería muy alegremente arrebatarle la representación del centroderecha y del ideario liberal y reformista y, por otra parte, del propio partido de la izquierda, el PSOE, que se propuso liquidarlo acusándole de estar marcado por el estigma de la corrupción. Así ganó la moción de censura, pero nada más. Casado se ha rodeado de un equipo joven y fiel con el que ha puesto punto y final a una etapa marcada por Mariano Rajoy y ahora debe retomar la iniciativa política y hacer valer su representación institucional, que no es poca, y su prestigio como formación de gobierno. El nombramiento de Gabriel Elorriaga, un político de máxima confianza de Aznar, como director-coordinador de las tres asesorías parlamentarios del PP, en el Congreso, Senado y Parlamento Europeo es una apuesta clara por un partido que quiere recuperar sus posiciones con propuestas efectivas. El aznarismo avanza en el PP.