Política

La centralidad como coartada falaz

La Razón
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Javier Lambán, que ayer tomó posesión como presidente de Aragón al frente de su particular gabinete Frankenstein (PSOE, Podemos, Chunta y PAR), aprovechó para situarse como un referente de la centralidad necesaria en su partido y en la política, partidario de anteponer los intereses generales a los de sus siglas, y reivindicó la figura de Pérez Rubalcaba. Lambán es un barón con cierta conciencia crítica, pero no debe confundir su deseo con la realidad. El PSOE no aspira a la centralidad, sino al poder como sea y con quien sea.