El canto del cuco

La entrevista

Casi no se inmutan cuando Sánchez dice que «la derecha juega a polarizar». Él no, por supuesto. Lo del muro no cuenta

Era de esperar. El periódico de referencia del sanchismo salió el domingo, con un despliegue extraordinario, al rescate del presidente Sánchez tras el desconcierto entre su propia gente por las concesiones a Puigdemont en el tormentoso pleno del miércoles pasado. Con la habilidad dialéctica que le caracteriza y su manejo de los sofismas, defiende sin la menor autocrítica todas sus actuaciones, hasta las más temerarias. Ni por asomo reconoce que los acuerdos con el político catalán fugado de la Justicia, con el que piensa verse después de la amnistía, tengan nada que ver con la necesidad de sus siete votos para seguir en La Moncloa. Eso, dice, son columnas de humo de los medios conservadores para ocultar lo importante: los avances sociales de este Gobierno progresista y la vuelta de los separatistas a la participación constructiva en la gobernabilidad de España. Lo que todo el mundo ve como un riesgo de disgregación él lo ve como un respaldo a la Constitución. Su tesis es que la derecha no se entera porque «se ha quedado congelada en un sistema que ya no existe», y que «es imposible gobernar España si no se asume la pluralidad política y territorial». A saber qué entiende por pluralidad, por gobernar y, sobre todo, por España.

La directora de «El País», Pepa Bueno, y el cronista de confianza Carlos E. Cue conducen la tediosa entrevista meritoriamente, con complicidad y sin réplicas. Le ponen delante los asuntos oscuros y críticos para que tenga ocasión de aclararlos y justificarlos. Es un buen servicio. Casi no se inmutan cuando Sánchez dice que «la derecha juega a polarizar». Él no, por supuesto. Lo del muro no cuenta. Ni cuando les suelta a la cara que «el dominio mediático en España es abrumadoramente conservador». Para recuperar terreno, ahí está el relevo en la agencia EFE. Tampoco reaccionan cuando proclama con toda seriedad: «Yo no insulto, soy insultado». Y eso que, a lo largo de la interminable conversación, más propia de un dirigente de partido en campaña electoral que de un presidente del Gobierno, no para de descalificar, con una obsesión enfermiza, a Feijóo y al Partido Popular, con mención especial a la «señora Ayuso».

Deja, en fin, sobre la mesa un nuevo compromiso, ¡compromiso de Sánchez!: «Nos queda muchísimo para poder gobernar con Bildu; nuestra alianza es con el PNV». Veremos. La importante entrevista en «El País» ha coincidido, por esas cosas del destino, con la muerte repentina de Miguel Barroso, considerado por muchos pieza clave en el engranaje de comunicación entre La Moncloa y dicho periódico. Descanse en paz.