Tribuna

Escenario político en la España del siglo XXI

Los liberales y conservadores suelen sentirse bien con el análisis crítico de los problemas de la sociedad y el pensamiento libre del individuo

Solicité online el voto por correo, muy sencillo, y he recibido puntualmente la documentación para votar, cosa que he realizado por correo certificado al presidente de mi mesa electoral. Mi oficina de correos está reforzada y el trámite ha sido rápido y sencillo. Mi enhorabuena a los empleados de Correos y por cierto, no tengo ni un ápice de duda de que el correo certificado llegará a su destino, faltaría más en un país en el que rige el Estado de Derecho.

Me sorprendió ver en la documentación recibida para ejercer el voto por correo que las papeletas que me ofrecían los partidos políticos para el Congreso de Diputados mostraban dos de partidos de derecha, ocho de izquierda y uno, Falange Española, que está más cerca del nacional socialismo, al menos la auténtica, por lo que no sabe uno donde ubicarla.

Los partidos de opción liberal y conservadora presentan solo dos listas, la del Partido Popular y la de Vox, sin embargo, los partidos de opción socialista y comunista presentan nada menos que ocho, a saber Frente Obrero, PSOE, Partido Comunista de los Trabajadores de España, PACMA (verdes animalistas), Partido Humanista, Por un Mundo mas Justo, SUMAR (donde se ubican PCE, IU, PODEMOS, mareas, etc) y Recortes Cero que no es más que Unificación Comunista con otro nombre. Parece un escenario pletórico de izquierdas.

Otros dos partidos comunistas, el Partido Comunista de España (reconstituido) y el PCE (marxista leninista) no presentan candidaturas, sin embargo se les lee en pintadas rojas en la calle con intención más antisistema y contra el 23J que otra cosa.

A la vista del escenario político descrito, me pregunto qué pensarán las naciones europeas donde los partidos comunistas están prohibidos y aquellas otras naciones donde la población no los tiene ni en consideración y por lo tanto ni se presentan a elecciones. En España se presentan, al menos, cuatro partidos de inspiración comunista y sin duda el escenario descrito está plagado de partidos socialistas y comunistas más que de liberales y conservadores. Es además destacable como la izquierda aparece como homogénea en todos los aspectos, sin extremos, incluidos nacionalistas e independentistas, y en la derecha la hay extrema, en sus dos vertientes, extrema derecha y derecha extrema, y que no falte la ultraderecha o el metaverso derecha, por poner títulos que no falte. Perdónenme pero esto no tiene sentido alguno, salvo para manipular las mentes sin sentido crítico.

Siento que Europa nos mira con cierta conmiseración. No es posible que la utopía política totalmente fracasada en el siglo XX, que dejó además decenas de millones de muertos en su implantación y unos niveles de pobreza nunca vistos, tenga tantos seguidores en España. Sin duda Cuba, Corea del Norte, Vietnam, Laos y China, este último mezcla de capitalismo y economía global de mercado dirigido y controlado por un Partido Comunista, son ejemplos que sobreviven con comunistas, pero me temo que no son nada recomendables.

Creo que nos perdemos en la narrativa que nos presentan y en el relato manipulado. Las opciones de gobierno en las democracias occidentales, en el sentido de cultura occidental no geográfico, son y siempre lo han sido desde finales del XIX, por un lado, las de los liberales que apuestan por la economía libre de mercado, las libertades individuales y que el individuo está por encima del Estado que aparece solo donde la iniciativa privada no llega, Estado que está sometido y controlado por una Justicia libre e independiente y la Constitución. No obstante los liberales no recelan de las opciones público-privadas para resolver las necesidades de la sociedad. Por otro lado, están las de los socialistas y comunistas que apuestan por una economía dirigida, o en algunos casos suavizada en una economía social de mercado, donde el Estado está en todo y por encima de todo y donde la iniciativa privada se siente agobiada ante la permanente intromisión de la administración en todo espacio público e incluso privado.

Los liberales y conservadores suelen sentirse bien con el análisis crítico de los problemas de la sociedad y el pensamiento libre del individuo y su discrepancia porque se aporta más que de otro modo. Los socialistas y comunistas se sienten mejor con el pensamiento único, el suyo, y lo políticamente correcto, lo que ellos deciden, así como la narrativa que imponen porque sobre ella se descalifica al que discrepa y que tiene otra percepción del problema. Solo hay que asomarse a la ventana política y observar con detenimiento para darse cuenta de todo lo descrito en esta tribuna de opinión y sacar las propias conclusiones.