
Cuartel emocional
La ética y las instituciones
Que el fiscal general del Estado esté imputado y bajo sospecha de una acción sucia e intolerable es desconcertante
A los legionarios y a los militares el valor se les supone. A los juristas, los jueces, a los fiscales también, pero las cosas han cambiado. Lo mismo, y sin que la biología, la naturaleza, puedan pronunciarse, por decreto ley ahora parece ser que existen treinta y cinco clases de sexos cuando antes, pobres miserables de humanos, solo había dos, el masculino y el femenino, si bien cada cual podía hacer de su capa un sayo. Y todo así. Con tantas expectativas que nos generó el siglo XXI la cosa se reduce a eso: paradójica e inexplicable multiplicidad de sexos, de igual forma que la decencia, la conciencia, la moral en una de las instituciones más respetadas, uno de los pilares de la sociedad más sólido como lo es la Justicia anda por los suelos o por el subsuelo, si me apuran. Que el fiscal general del Estado esté imputado y bajo sospecha de una acción sucia e intolerable, refiriéndose como se refiere a la máxima representación de lo decoroso, lo decente, de lo honesto y de la rectitud del país, es desconcertante. Y así, descaradamente, con toda la mierda que tiene chorreándole por encima de la toga tiene la desfachatez de presentarse ante el público y ante Su Majestad el Rey en la entrega de despachos a los nuevos jueces en Barcelona. Y el pobre Rey tragando quina teniendo que ver la cara de este individuo y recalcando en su discurso la responsabilidad ética individual inherente a un cargo dentro del marco de la Justicia del país delante del tipo que está más bajo sospecha de toda la ciudadanía. Bueno, hay muchos otros también, pero como son incontables, no vamos a desplegar aquí la nómina completa, porque se me acaba la columna. Por cierto, y a propósito de Felipe VI, veo que un diplomático, destacado en Croacia como embajador, ha sido cesado por afirmar en un artículo que el Rey “contribuye a que la presencia de España tenga mayor alcance e impacto”. Alguien debe creerse que el Jefe del Estado es una figura de segunda y que el que nos representa con su trajecito azulina es el que cuenta.
Luego está lo de Trump y sus órdagos sobre los aranceles que tiene a medio mundo en un ¡ay!, cuando en realidad son solo pequeñas amenazas con un trasfondo de certeza que hay que tomarse con precaución, sin olvidar que, como bien señalaba el director de este periódico hace unos días, “el sanchismo quiere erigirse en baluarte frente a Trump”, lo cual da una risa tremenda, y añade “en política no hay nada peor que hacer el ridículo”, como bien lo hizo el otro día en el Congreso de los Diputados viéndose el partido de gobierno en soledad en el transcurso una votación donde oposición y aliados lo dejaron con el culo al aire, ese culo que le mandó mover Miriam Nogueras, la del pelo lindo de Junts, a un Sánchez cada vez más abocado a un profundo abismo sin apoyos de nadie. Pero no nos hagamos ilusiones, que éste es como la rubia de la serie Yellowstone, que siempre tiene recursos para hacer el mal y joder la vida a todos. Perdón que hoy esté tan lenguaraz, pero es un desahogo y de vez en cuando soltar la boca no viene mal, siempre que la palabra (malsonante) esté en su sitio. Y ni les cuento si me pongo a hablar del coladero inventado por Bolaños para que jueces afines tengan su plaza sin tener que opositar.
CODA. Los pelmas de los Gere (Richard Gere and wife) siguen apareciendo todos los días en la prensa. Ahora resulta que declaran haberse trasladado a vivir a España porque “quieren salvar el país”. ¿Será que el actor va a presentarse a las elecciones, dando el salto de Hollywood a la política como hiciera Ronald Reagan? El titular se las trae, así que estaremos atentos.
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