Sin Perdón

La euforia sanchista con Calviño

«Es la constatación de que la agencia de colocación socialista funciona muy bien»

La elección de Nadia Calviño como presidenta del Banco Europeo de Inversiones (BEI) es, sobre todo, una gran noticia para ella que consigue, por fin, marcharse de España. No hay duda de que tenía un firme compromiso con el proyecto de Sánchez, como se pudo comprobar con sus anteriores intentos de regresar a un cargo chollo en Europa. A nadie le interesa el dinero, dicho irónicamente, pero multiplica por cinco su sueldo. El sistema europeo se sustenta en compensar los cargos entre los diferentes países. Por ello, ganamos a Calviño en el BEI y perdemos, de momento, que Madrid pueda ser la sede de la Autoridad de la Unión Europea para la lucha contra el blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo (AMLA). No importa, porque se trata de una autonomía y una capital que son desafectas al sanchismo. Por supuesto, no creo que podamos mantener en el futuro las vicepresidencias del BCE y de la Comisión Europea que ostentan, respectivamente, Luis de Guindos y José Borrell.

El actual presidente del BEI es un ilustre desconocido para el gran público llamado Werner Hoyer, un economista que milita en el liberal FDP alemán y que tuvo un cargo de segundo nivel como ministro de Estado, que, a pesar de su título, no era miembro del gobierno federal alemán y su papel era apoyar al ministro titular de Asuntos Exteriores. Como su nombre indica, es un banco de inversiones y uno de los prestamistas supranacionales más grandes del mundo centrado en los ámbitos del medio ambiente, las Pymes, el desarrollo, la cohesión y las infraestructuras. Por tanto, es propiedad de los estados miembros de la UE y hace lo que le ordenan. Es bueno no confundirse con la propaganda de la izquierda política y mediática o creer que Calviño tendrá capacidad para favorecer a España. En estos temas, las cosas son mucho más serias de lo que algunos frívolamente creen cuando ejercen de voceros de La Moncloa. No es una demostración de fuerza de Sánchez frente a sus colegas de la UE, aunque es positivo que lo ocupe una española. Y es la constatación de que la agencia de colocación socialista funciona muy bien.

Francisco Marhuendaes catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE).