Canela fina

Éxito internacional de Florentino

«Día de satisfacción para los aficionados al fútbol que, en poco tiempo, podrán disfrutar de un Campeonato de Liga con los mejores equipos del mundo»

Tenía razón, toda la razón, pero se quedó casi solo en la defensa de la Superliga. Fuimos pocos, incluso, los que en los medios de comunicación le apoyamos sin fisuras. Florentino Pérez había resanado por dos veces la hacienda maltrecha del Real Madrid, condujo al equipo a su máximo esplendor deportivo, por encima del alcanzado por Santiago Bernabéu, y tuvo el señorío de no denunciar las tropelías cometidas por un sucesor suyo. Construyó además un estadio considerado como el mejor del mundo y no ha querido que se llame Estadio Florentino. Eso le honra. Pero cuando se retire de la presidencia del club, ojalá sea dentro de muchos años, los aficionados le llamarán el Estadio Florentino, porque del antiguo Bernabéu no queda más que el sitio.

Cuando Florentino decidió retirarse tras su primera presidencia, se produjo una corriente imparable de opinión en su favor. Escribí yo entonces en este periódico que uno de sus sucesores «un pobre hombre aspaventero, con la inteligencia deformada por la vanidad, devastó el club a través de incontables trapisondearías». El gran empresario que es Florentino Pérez regresó para limpiar en solo unos meses la podredumbre acumulada en los albañales madridistas. Con ese espíritu liberal que ha presidido toda su vida, resanó el Real Madrid sin que ni en sus actos ni en sus acciones brotara una palabra de reproche o de venganza.

Florentino Pérez ha derrotado a la FIFA y a la UEFA. La Justicia internacional –el TJUE– le ha dado la razón. A pesar de todas las dificultades, el camino hacia la Superliga queda abierto y expedito. Los Estados Unidos de Europa están cerca de hacerse una realidad. Caminamos hacia la supranacionalidad. Y la nación europea dispondrá, porque es lo razonable, de una Liga de la que formarán parte los equipos de los 27 países que consigan deportivamente figurar en la Primera División de la Liga europea. Naturalmente la Liga y la Copa nacionales no se perderán, pero los aficionados tendrán ocasión de asistir, llenando los estadios, a la competición de los equipos estelares de Inglaterra, Alemania, Francia, Italia, Holanda… Y España, que aporta el mejor equipo del mundo, secundado por el gran Barcelona.

Día de gran satisfacción, hoy. Para Florentino, para los clubes y sobre todo para los aficionados que, dentro de poco tiempo, podrán disfrutar de una competición al máximo nivel mundial.

Luis María Anson,de la Real Academia Española.