Opinión
El incivismo y la falta de empatía crece en nuestra sociedad
En los últimos años, hemos sido testigos de una creciente carencia de los valores fundamentales que sostienen nuestra convivencia, y el respeto mutuo se encuentra entre los más afectados
En los últimos años, hemos sido testigos de una creciente carencia de los valores fundamentales que sostienen nuestra convivencia, y el respeto mutuo se encuentra entre los más afectados. La falta de consideración se manifiesta en diversos ámbitos de la vida cotidiana, desde el discurso público hasta las interacciones personales. Las relaciones escolares entre alumnado y profesor son uno de los ejemplos donde esto es más evidente.
En el ámbito de la política, el respeto por la verdad y la honestidad se ha vuelto cada vez más escaso. La proliferación de noticias falsas y las desigualdades políticas han llevado a un clima de desconfianza generalizada, que ha derivado en la descalificación de aquellos con opiniones divergentes que socava la posibilidad de un diálogo constructivo y respetuoso.
En las interacciones personales, la pérdida de respeto se manifiesta en un creciente incivismo y la falta de empatía. Las redes sociales, por ejemplo, han facilitado la difusión de comentarios ofensivos y el acoso. La intolerancia hacia las distintas opiniones, que se manifiesta en insultos y amenazas amparadas en muchas ocasiones por el anonimato, se han vuelto tristemente comunes.
Este declive en el respeto no solo afecta nuestras relaciones personales, sino que también socava la cohesión de nuestra sociedad. El respeto es un pilar fundamental de la convivencia pacífica y la colaboración, y su ausencia puede dar lugar a conflictos y divisiones, entre nosotros, dentro del propio país y englobando incluso al mundo entero.
El respeto es una virtud esencial para que una sociedad progrese y este unida y por lo tanto hay que potenciarla lo máximo posible.
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