
El trípode
Juan Carlos I, Rey de España
Con Don Juan Carlos como jefe del Estado, tuvimos una Transición pacífica a una democracia parlamentaria en 1978, y su reinado ha consolidado a la Monarquía parlamentaria como forma de Estado
Anteayer se cumplieron cinco años del exilio voluntario de SM Juan Carlos I, Rey de España durante 39 años, y del que el próximo 22 de noviembre se cumplirán 50 años de su proclamación como sucesor de Franco a título de Rey. A diferencia de sus predecesores, la reina Isabel II, derrocada y exiliada en septiembre de 1868 por los revolucionarios de «la Gloriosa», y de su abuelo Alfonso XIII, que se exilió tras proclamarse la II República el 14 de abril de 1931, Don Juan Carlos no ha sido derrocado nunca, sino que pasó a residir fuera de España el 3 de agosto de 2020, para no perjudicar –involuntariamente– a su hijo, S.M. Felipe VI, ante una campaña difamatoria dirigida contra su persona y alentada desde ámbitos no precisamente afines a nuestra Monarquía Constitucional. Don Juan Carlos cumplió el pasado mes de enero 87 años de edad y, aunque son frecuentes sus visitas a España, concretamente a Sanxenxo, para participar en regatas y poder disfrutar de su afición náutica con buenos amigos, lo cierto es que su residencia habitual no es en España, como sería lo lógico y además lo justo y debido. No se trata de hacer apología de su reinado y de su servicio a España porque no lo necesita, pero es un deber en conciencia reconocer su legado. A esos efectos es oportuno recordar que las dos Repúblicas que han existido en España han significado dos regímenes nefastos para el bien común de los españoles y el interés general de la Patria. La Primera fue tan efímera y lamentable que, tras derrocar a Isabel II para elegir una nueva dinastía vetando la Casa de Borbón, el propio elegido, Amadeo de Saboya, abdicó a los dos años, considerando ingobernables a los españoles con aquellos políticos. El mismo día de su renuncia fue proclamada la I República y dos años después rogaban al hijo de Isabel II que regresara a España como Alfonso XII. En cuanto a la Segunda, basta decir que culminó su existencia con la tragedia de la Guerra Civil. Con Don Juan Carlos como jefe del Estado, tuvimos una Transición pacífica a una democracia parlamentaria en 1978, y su reinado ha consolidado a la Monarquía parlamentaria como forma de Estado, renunciando con plena normalidad en favor de su hijo Felipe VI en 2014.
Don Juan Carlos I merece vivir en ella todos los años de vida que la Providencia estime conveniente concederle. Y hacerlo con normalidad, rodeado del respeto de una gran mayoría de españoles, hasta que descanse en paz y con los honores debidos, en el Panteón Real del Escorial.
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