Las correcciones

Kamala, el jinete del apocalipsis y la piel del oso

Los demócratas necesitan una ventaja de un 4% a nivel nacional para vencer a Trump y todavía están lejos

Cuentan que en la noche electoral de las presidenciales de 2016 en las que Hillary Clinton perdió frente a Donald Trump, la candidata demócrata celebró prematuramente su victoria en un vuelo procedente de la Costa Oeste a la Este descorchando sin parar botellas de champán. Al aterrizar en Nueva York se hizo bicho bola. Hillary Clinton había ganado en voto popular, pero Donald Trump había obtenido los 270 votos del Colegio Electoral necesarios para ser designado presidente de Estados Unidos. La exprimera dama, a la que todas las encuestas habían encumbrado como la primera mujer presidenta de EE UU, sufrió una dolorosísima derrota de la que tardó tiempo en recuperarse.

Si hoy, viernes 13 de septiembre, se celebrasen elecciones presidenciales, Harris ganaría por la mínima en voto popular, pero Trump lograría los 270 votos electorales necesarios para entrar en la Casa Blanca. Recuerden, como nos contó a este diario el profesor de Princeton, Charles Cameron, que en el extraño sistema estadounidense, las elecciones son en realidad 50 carreras separadas en los estados. Y dado que el Colegio Electoral favorece a los estados rurales, más numerosos pero menos poblados, la lucha por la Presidencia se concentra en siete «swing states» (estados bisagra), esos que fluctúan entre rojos y azules en cada cita electoral. Los demócratas necesitan obtener una ventaja de por lo menos un 4% en las encuestas nacionales para tener posibilidades reales de llevarse el gran premio. Tengan en cuenta que el último sondeo publicado por «The New York Times» Trump iba un punto por delante de Harris (48% vs 47%). Es cierto que la demócrata salió airosa del duelo a pesar de que no es una gran oradora, pero, sobre todo, consiguió conjurar las malas sensaciones que dejó el debate de junio de Biden y dio esperanzas a los suyos. Arrinconó a su rival republicano y le puso a la defensiva. Trump se limitó a interpretar su papel de jinete del apocalipsis. En el mundo de Trump, los inmigrantes se comen a las mascotas y los demócratas matan a los bebés después de nacer y eso es sólo una pequeña prueba de la desintegración de Estados Unidos sin su liderazgo. En el mundo alternativo de Trump no importa si los hechos son verdad o mentira, lo que importa es que se viralicen y, para eso, está Elon Musk. Pero ¿será suficiente la victoria táctica de Kamala en el debate? No lo parece. "Sigue desvalida", dice Cameron. Los demócratas no deberían vender la piel del oso antes de cazarlo. El precedente de Hillary Clinton es todavía muy reciente. La economía y la inmigración son dos de los asuntos que más preocupan a los americanos y en los dos la vicepresidenta de EE UU no convence a los votantes. El día después del cara a cara Trump viajó a Arizona para visitar el muro. La inmigración es su gran baza, los americanos están tan preocupados por los recién llegados como lo estuvieron en 2001 tras los atentados de las Torres Gemelas, pero, sobre todo, es un tema terrible para Harris que ha sido sin éxito la zar de fronteras. Los estadounidenses también han sufrido estos años la subida de la inflación y de los tipos de interés. La demócrata tendría que dar la vuelta a estas preocupaciones si quiere ganar el 5N, pero no está claro que pueda hacerlo en ocho semanas.